Este artículo se publicó hace 13 años.
El legado de Perón marca a Cristina
La presidenta argentina revalidará hoy el kirchnerismo peronista
La política argentina se ha movido siempre en aguas turbulentas, pero las elecciones presidenciales de hoy se presentan inusualmente serenas. Más de la mitad del electorado argentino, según los sondeos, apostará por la reelección de Cristina Fernández, mientras que los candidatos opositores sólo han sido capaces de darse los últimos zarpazos entre sí, evidenciando la fragilidad con la que llegan a las urnas.
La presidenta tiene ante sí cuatro años más de Gobierno en los que profundizará el modelo impulsado por su difunto marido y antecesor, Néstor Kirchner. Desde 2003, Argentina se ha consagrado a este proyecto político que se identifica con el nombre de kirchnerismo y que se inspira en el movimiento creado por el general Juan Domingo Perón, el único presidente de la historia argentina que ha sido elegido en las urnas en tres ocasiones, aunque sólo pudo terminar el primero de sus mandatos.
"El peronismo no se puede calificar con los parámetros de izquierda y derecha"
Perón ganó la presidencia en 1946 y en 1952 fue reelegido por otros seis años. En la mitad de su segundo Gobierno, un golpe de Estado militar lo sacó del poder y el general partió al exilio. Durante los 18 años que pasó en España, su movimiento fue proscrito y los dos presidentes civiles que lo sucedieron en Argentina fueron derrocados. En 1973, los militares se vieron obligados a convocar elecciones y Perón pudo regresar al país para ganar estos comicios. Falleció un año más tarde, pero no pasaría mucho tiempo hasta que un nuevo golpe militar, y su consiguiente dictadura (1976-1983), diera paso a uno de los periodos más tenebrosos de Argentina.
Podría decirse que Perón gobernó diez años en total, pero la política reciente del país no puede entenderse sin esclarecer antes el significado y la proyección que ha tenido el peronismo en todos los órdenes de la vida argentina, ya sean ideológicos, culturales o sociales. "El peronismo es un movimiento que no se puede calificar con los parámetros clásicos de izquierda y derecha", advierte a Público Felipe Pigna, uno de los historiadores más prestigiosos y difundidos del país. "Cuando el movimiento surge, entre1943 y 1946, convive tanto la derecha procedente de un nacionalismo militar como la izquierda con el aporte socialista de los sindicatos, que fueron quienes dieron la base de sustentación a Perón".
La fuerza sindical
"Perón admiraba a Mussolini, nunca lo negó, pero no pudo aplicar el fascismo"
El general abrazó al principio la idea de incluir a los trabajadores en el tejido social, "pero en sentido preventivo, para que no cayeran en el comunismo", explica Pigna. "Después entendió que el pensamiento sindical no era una cuestión de defensa, sino de convicción, y que no era necesario estar al lado de los trabajadores para contenerlos, sino para que tuvieran fuerza propia".
Así se explica cómo los trabajadores pasaron a aportar el 50% de la renta nacional, por qué proliferaron centros de salud y de atención a sectores vulnerables y por qué se potenció la educación primaria y secundaria. En cambio, el peronismo mantuvo una política reaccionaria en el ámbito universitario y fue autoritario con la oposición, a la que persiguió sin clemencia.
"Perón admiraba a Mussolini y nunca lo negó", añade Pigna. "Incluso cuando trataba de conquistar a los sectores de izquierda desde su exilio en España, decía admirar el orden, el Estado nuevo y la corporación. Pero aquí no pudo aplicar una política fascista, no porque no pudiera, sino porque las condiciones no estaban dadas". El historiador recuerda, no obstante, que, a diferencia del fascismo de Italia, "que fue un movimiento de las clases medias y altas contra sectores populares", el peronismo en Argentina "fue expresión de clases populares".
Difícil de definir hasta para los mismos argentinos, el peronismo es ambivalente, contradictorio, pragmático. Así lo destacó Tomás Eloy Martínez, uno de los periodistas y escritores más reconocidos de las últimas décadas en el país, que fue también el hombre que eligió el general para que relatara la historia de su vida.
"El peronismo significa casi todo lo que cada peronista quiere que el peronismo sea", indicó al diario La Nación Eloy Martínez a los 30 años de cumplirse la muerte de Perón. Después de todo ese tiempo, el peronismo es todavía hoy el único movimiento que desde 1989 ha podido terminar sus mandatos en el Gobierno.
¿Cuánto tiene el peronismo de mito y cuánto de realidad? "La Historia se quedará con la verdad que yo estoy contando", le hace decir Eloy Martínez al expresidente en su libro La Novela de Perón. A modo de sentencia, el escri-tor pone en sus labios una frase que después pasaría a la posteridad, en parte por su misterio, en parte porque revela la complejidad de un hombre y de un movimiento que marcarían por siempre el rumbo de Argentina: "Esa pasión de los hombres por la verdad me ha parecido siempre insensata".
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