Este artículo se publicó hace 15 años.
Lejos de la sociedad, cerca de la industria
Los recortes culturales en boca de sus protagonistas
Están encantados de que exista SEACEX y de que la partida a la cooperación internacional haya aumentado en el proyecto de Presupuestos detallado por Ángeles González-Sinde, porque gracias a la institución sus obras viajan en exposiciones por medio mundo. Eva Lootz, premio nacional de Artes Plásticas en 1994, y Pablo España, del colectivo Democracia, hablan de lo ridículo que es tratar de concentrar toda la oferta cultural en una sola noche, del uso propagandístico del arte por parte de la política, de la capacidad crítica del arte y de la situación en la que se quedan las artes plásticas tras los planes económicos oficiales.
"El problema del arte no es un problema presupuestario, es un problema de injerencia política", apunta Eva Lootz. "Hay que reforzar la independencia del arte como sea, para que no le roben el discurso", dice. "Está bien que existan las subvenciones", entra Pablo, "pero siempre debemos partir de un supuesto de independencia". Pasa a hablar de la profesionalización del artista al calor de los centros de arte que han aparecido en España y cómo el trabajo crítico debe sobrevivir al trabajar para una Institución. "El arte debe morder la mano de quien le da de comer".
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Molestos y subvencionadosEntonces, ¿un arte molesto puede llegar a recibir las ayudas que necesita? "Sí, pero debe ser mucho más inteligente que quien le da el dinero al criticar", dice Lootz. "Desde luego las prácticas que quieren ser críticas tienen más problemas que otras que quieren ser inocuas. Siempre se encontrarán con trabas y censuras, porque la censura hoy se vive en el recorte de presupuestos para proyectos artísticos", asegura Pablo España. En ese sentidoLootz cree que "los cineastas han sido más eficaces que los artistas plásticos". "Bueno, yo no estaría dispuesto a pasar por lo que ha hecho el cine y alinearse tanto con la política para devolverle favores", replica Pablo. "Ya, pero la unión hace la fuerza y en el arte no lo estamos tanto como en el cine".
"Yo he tratado de apañármelas toda mi vida para superar esas injerencias políticas. El artista siempre está en crisis económica", ríe Eva Lootz. "Uno debe dedicarse a su trabajo y a su investigación. La lucha con las instituciones deben resolverla las asociaciones de artistas", según Pablo.
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"Lo realmente preocupante del nuevo concepto de arte como industria es que no se fomenta la reflexión de fondo", afirma seriamente Eva. "Aunque también es cierto que el recorte de dinero va a fomentar que las exposiciones vivan más tiempo. El problema es que al artista no tiene centros de creación, hay una red de exhibición pero no de producción", y no parece por las inversiones de Cultura que se vaya a fomentar lo segundo, sino lo primero.
"A la cultura ya no se le considera algo social, sino algo industrial. Eso es algo paradójico. La deriva de toda la cultura hacia la industria cultural es preocupante", comenta Pablo España que no está dispuesto a parecer un pedigüeño ni una víctima, aclara.
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