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Leonard Cohen levanta al público de sus asientos en Madrid

Reuters

"No sé cuándo pasaremos por aquí otra vez, así que vamos a daros todo lo que podamos". Así fue como Leonard Cohen y su banda arrancaron un concierto de más de tres horas en Madrid que hizo vibrar al público congregado para escuchar su último trabajo, "Live in London".

Vestido con traje y corbata negros, camisa blanca, y sonriendo bajo el ala de su sombrero, Cohen hizo su entrada en el escenario del Palacio de los Deportes de Madrid. Los seis músicos y las tres coristas que le acompañaban completaban la escena vestidos también de blanco y negro.

presentaba esta recopilación de sus mayores éxitos grabada en el O2 Arena de Londres en 2008, año en el que volvió a los escenarios tras 15 sin pisarlos para protagonizar una gira mundial.

A "Everybody knows", una de las canciones más conocidas del conocido como "poeta y cantante triste", siguió un solo de guitarra española del catalán Xavier Más, algo que pareció inspirar a Cohen, que se animó y cogió la guitarra eléctrica para acompañar a la banda.

El artista, uno de los músicos más influyentes de los últimos 40 años y cuyas letras son reflejo del sexo, la espiritualidad, el amor, la religión u otros de los grandes interrogantes de la humanidad, hizo una pausa de 15 minutos y arrancó la segunda parte del recital lleno de energía.

Cantó uno tras otro todos sus grandes éxitos sin decepcionar a su público y haciendo gala de su gran musicalidad, empezando por "Tower of song", para la que se puso al teclado, y pasando por su canción emblema "Suzzane", "Sisters of mercy", o "The Gipsy wife", consiguiendo poner a todo el público en pie.

"Boogie Street" fue interpretada por su compañera y corista Sharon Robinson, coautora de algunas de sus canciones.

en la que cambió algunas partes de la letra original para hacerla más romántica - o "Take this Waltz", que dedicó al poeta andaluz Federico García Lorca y para la que bailó al ritmo de la música.

Abandonó el escenario brincando para dar paso a los bises, en los que no faltaron "So long Marianne", con la que el público se aglutinó a los pies de Cohen, "First we take Manhattan", que puso en pie a todo el recinto, o "Famous blue raincoat".

"Sinceramente, L. Cohen", dijo, antes de abandonar de nuevo el escenario dando saltos y sonriendo.

Cuando volvió a aparecer, interpretó una emotiva versión de "If it be your will" junto a las hermanas Webb, sus coristas, y cerró el recital con "Closing time". Al menos eso pensó el público, que no se esperaba que el canadiense siguiera cantando después de tres horas. En contra de lo previsto, cerró irónicamente el concierto con "I tried to leave you" (intenté abandonarte).

"Quiero daros las gracias", dijo Cohen, "por mantener vivas mis canciones todos estos años".

"Buenas noches y conducid con cuidado", añadió antes de despedirse definitivamente.

El autor de "Suzzane" resurgió en 2005 después de retirarse en Los Ángeles para ser monje budista, para denunciar que su ex representante y amante Kelley Lynch se había apropiado indebidamente de cinco millones de dólares que el artista había reservado para su jubilación.

En España, el artista ya ha llevado "Live in London" a Palma de Mallorca, Vigo y Girona, pero su gira continúa en Granada, Zaragoza, Bilbao y Barcelona, donde celebrará su 75 cumpleaños actuando en el Palau Sant Jordi.

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