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La ley de la venta

Hoy arranca la edición más revolucionaria de los 27 años de Arco con un cambio de espacio y una decidida apuesta por el mercado

PEIO H. RIAÑO

Hoy Madrid se llena de coleccionistas. A rebosar. Con sus bolsillos llenos y la cartera caliente. En el sueño de ARCO, los pasillos se llenan de compras. Los coleccionistas extranjeros llegan con ganas de arte brasileño, las galerías extranjeras quieren vendérselo todo a los coleccionistas españoles. Un lío al que no está invitada la masa pública, porque el miércoles y el jueves está vendida media Feria. En esos dos días, reservados para el arte sobre-cogedor, los grandes patronos afinan el olfato para incorporar a sus colecciones el arte más barato, el de los artistas que no han despuntado aún, pero que apuntan maneras y les cuesta llegar a fin de mes.


Si el año pasado fue el año de la evolución, en esta edición la directora de la Feria, Lourdes Gómez, plantea el año de la revolución. Una vez barrido los últimos estertores de la anterior directora, Rosina Gómez-Baeza, la nueva cabeza pensante de la gran cita española del mercado del arte ha confirmado la llegada de 280 coleccionistas de todo el mundo. Les ha engatusado con el alojamiento, los transportes y los paseos por la ciudad, visitas a los museos incluidos, para que noten que se les quiere. A ellos y a su liquidez.


Pero con eso no basta y se ha hecho con las ideas del arquitecto Juan Herreros para reformar el espacio expositivo. Ese de la moqueta insufrible. Ese de los pies cansados y el del ojo revuelto. Todo eso es historia: los pabellones 12 y 14 se han juntado en uno y se ha crecido en altura. De esta manera han separado el jolgorio y la fiesta del arte en vivo, el que no se vende, del arte quieto, el que se presenta y va con recibo. Mejor, tanto para los galeristas que sólo quieren vender y no ver las riadas de curiosos molestando, como para los curiosos con ganas de ser lacerados por las propuestas más chocantes y hasta las narices de las malas caras de los que sólo venden.


El nuevo mercado
Las nuevas generaciones con profesiones liberales se han incorporado a las ventas de arte. Bien, todos contentos. Pero Lourdes Fernández apunta que hay un perfil de coleccionista chino, que compra para invertir, y el perfil europeo: “Aquí los coleccionistas se han movido, sobre todo, porque les apasiona el arte y poco a poco se han convertido en expertos”, asegura. 


¿En España? “Pues según el Banco de España el arte ocupa el tercer lugar, detrás de la bolsa y el sector inmobiliario, en el ranking de inversiones que hacen los españoles”, dice Lourdes Gómez y confirma ese dato que el 19,3% de los hogares españoles invierte (la cifra de 2002 era de 18,2%). En el informe presentado el pasado mes de junio por la Asociación de Artistas Visuales de Catalunya (AAVC) se señalaba que el sector de la creación plástica en España genera 824 millones de euros. O lo que es lo mismo, el 0,18% del sector servicios. La cosa marcha con la que está cayendo, apuntan los galeristas.


Gigante multicolor
En medio de tanta venta, en ARCO también ocurren otras cosas. Este año llegan 31 galerías con los 100 artistas más representativos del panorama brasileño. “Notamos que hay cantidad de coleccionistas que vienen porque es Brasil el país invitado”, señala la directora. Veremos piezas del fotógrafo Vik Muniz, Rosangela Rennó, Leonora de Barros, Mariana Manhaes, Cao Guimaraes, Fabiano Gonper, entre tantos otros. Todos ellos dejan claro que el arte brasileño no se limita a la etiqueta de típico producto exótico. Según Moacir dos Anjos, uno de los dos comisarios encargados de la selección, “cualquier concepto esencialista de la expresión identitaria, que defienden las asociaciones inmediatas y perennes entre cultura y territorio”.


 Como es habitual, la fiebre de ARCO se extiende por el resto de espacios expositivos de Madrid, como Alcalá 31, Canal de Isabel II, Casa de América, La Casa Encendida, Matadero, Centro Cultural Conde Duque, Museo Reina Sofía, la Filmoteca Nacional y la Biblioteca Nacional. Un no parar, que no se acaba en estos cuatro días afortunadamente.


Sin beneficios
Pero también hay arte por amor al arte en ARCO. Y todo se concentra en el pabellón 14.1. Planta superior. Todo lo que sucede alrededor de la Feria no es un producto comercial, pero sí de calidad. ¿Abajo el pan, arriba el circo? Más o menos. Para entretenernos, para animarnos y desvelar por dónde van los tiros del arte contemporáneo, habrá mucha marcha en la zona de performances, en las galerías de ARCO 40 y en los Solo Projects. La feria de las galerías, aclara términos y manda a las churras por un lado, y a las merinas por otro.

 
Arriba, lo emergente
El proyecto encargado por Lourdes Fernández al arquitecto Juan Herreros separa la Feria en dos espacios y recoloca contenidos y actividades. En la parte superior del pabellón 14.1 tendrá lugar el hervidero del arte joven y las nuevas propuestas creativas.

La parte más atractiva para el público general sucederá en este ámbito y de esta manera no tendrá que recorrer los pasillos de las galerías comerciales habituales. El visitante se encontrará con performances, Brasil, instalaciones pensadas en exclusiva para ARCO, muestras del arte electrónico, debates entre expertos y el registro más actual y joven del arte internacional. Eso es ARCO 40, 55 galerías que muestran obras realizadas en los últimos tres años de tres artistas... en 40 metros cuadrados.

Con esta medida, las ventas se libran de la gran afluencia de espectadores que la Feria concita en los días de apertura al público (viernes 15, sábado 16, domingo 17 y lunes 18, por 32 €). Es una de las exigencias que pedían las galerías: más intimidad, menos muchedumbre para los negocios. El público también se beneficia, al destacarse las acciones y lo más revolucionario del arte.   

Abajo, las ventas
El Programa General de ARCO sigue siendo el núcleo central de la Feria y la parte inferior del pabellón 14 el sitio perfecto para su situación. Desde 23 países llegan 224 galerías (68 españolas y 156 extranjeras) a este espacio. Eso quiere decir que hay 21 galerías más que la pasada edición, ¿a más número, más calidad? Los criterios de selección, como cada año, han dejado fuera a unas cuantas galerías.

Pero entre las seleccionadas apuntan que es un ARCO “nuevo y renovado”, que los negocios evolucionan y que quien no se adapte al mercado global está fuera. Algo ha cambiado: si dependes de ARCO ya no tienes nada que hacer, ni serás recibido. Si viajas a otras ferias con tus artistas, entrarás por la puerta grande. De hecho, 86 participarán por primera vez en ARCO.

El objetivo del nuevo diseño, según Juan Herreros, ha sido “romper los bloques regulares que antes componían esta sección para crear cuantas más islas mejor, multiplicando así el número de esquinas y espacios para atraer a los visitantes”. Los lugares asignados a casa galería son de forma regular y prima el frente sobre la profundidad. De esta manera, logran generar paredes mucho más visibles. ¿Qué consigue? “Coherencia, lógica distributiva y un sello personal reconocible”, asegura Herreros. ARCO ya no es una Feria más. 

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