En libertad Esteban Murillo al prescribir la única causa que tenía pendiente por colaboración con ETA

El presunto colaborador de ETA Esteban Murillo ha sido puesto en libertad al haber prescrito la única causa por la que fue extraditado desde Francia el 8 de octubre de 2010 y en la que estaba acusado de dar cobertura al "comando Nafarroa" para un atentado en 1982 contra una tanqueta de la Policía en Pamplona, en el que murió un agente.

Murillo Zubiri abandonó ayer por la tarde la prisión de Zaragoza en la que se encontraba preso tras notificar la sección segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, a la que correspondía juzgarle, el auto en el que acuerda archivar esta causa por prescripción del delito de colaboración con banda armada del que estaba acusado.

El pasado día 2, Murillo iba a ser juzgado por estos hechos en la Audiencia Nacional, pero antes de que diera comienzo la vista oral, la Fiscalía, que pedía para él ocho años de cárcel, planteó la posibilidad de que el delito hubiera prescrito, dada la fecha en la que se produjo el atentado.

Ante esta alegación, el tribunal, compuesto por Fernando García Nicolás, Ángel Hurtado y Julio de Diego, acordó suspender el juicio para examinar la causa y finalmente ha concluido que el delito de colaboración prescribe a los diez años de cometido el delito.

Por lo tanto, la prescripción ya se había producido cuando el ex fiscal jefe de la Audiencia Nacional Eduardo Fungairiño promovió la apertura de este procedimiento contra Murillo en 2001.

Al repasar las actuaciones, la Sala ha comprobado, según explica en su auto, que no es hasta el 10 de enero de 2001 cuando "aparece por primera vez una imputación sobre Esteban Murillo, esto es, cuando han transcurrido más de 18 años desde los hechos", además su procesamiento no quedó formalizado hasta el 5 de octubre de 2009.

La Fiscalía acusaba a Murillo de dotar de infraestructura al "comando Nafarroa" proporcionando a sus miembros "alimentación y alojamiento, asegurando que no fueran localizados e incluso trasladándolos en sus desplazamientos para no ser identificados".

La Audiencia Nacional ya condenó a los integrantes del "comando", Juan José Legorburu y Mercedes Galdós, a 232 años de prisión por este atentado, perpetrado el 17 de abril de 1982 y que se saldó con la muerte del conductor de la tanqueta, el agente Vicente Garcerá, y con otros ocho policías heridos, uno de los cuales perdió una pierna.