Este artículo se publicó hace 17 años.
Un libro profundiza sobre el linchamiento de un gobernador en la catedral de Burgos en 1869
Bajo el título "¿Quién mató al gobernador?" el profesor Joaquín García Andrés ha publicado un libro en el que ahonda sobre el linchamiento registrado en 1869 en la catedral de Burgos, donde una multitud mató al gobernador Isidro Gutiérrez de Castro.
Este suceso se produjo cuando, en cumplimiento de un decreto del gobierno de la revolución, el gobernador acudió a la catedral para realizar un inventario de los bienes no eclesiásticos.
Según ha explicado a Efe el autor, una multitud se amotinó en las inmediaciones del templo para evitar el expolio de los bienes de la Iglesia y con "gran violencia" acabó con la vida del gobernador.
García Andrés ha señalado que Isidro Gutiérrez Castro fue "acuchillado, apaleado, se le cortó una oreja; víctima de múltiples golpes tuvo varias fracturas en el cráneo, se le arrastró boca abajo, se le quemó la barba e incluso algunas fuentes dicen que se le cortaron los órganos sexuales, lo que demuestra que hubo mucho ensañamiento".
Los cabecillas del linchamiento que provocó la muerte del gobernador fueron condenados, pero la mayoría de los principales participantes se benefició posteriormente de indultos.
En opinión del profesor García Andrés, la ciudad de Burgos tiene una "deuda pendiente" con este personaje que murió en el cumplimiento de su deber y cuya figura no ha sido recuperada ni reconocida.
El autor de "¿Quién mató al gobernador?" opina que "sería bueno que el Ayuntamiento de Burgos reconociera con algún acto a esta persona - con una calle o una placa-, porque murió en el cumplimiento de su deber".
García Andrés ha recordado que los hechos que se produjeron fueron tan graves que poco después llegó a la ciudad un capitán general para poner orden "porque los ánimos estaban muy exaltados".
El autor de la investigación ha reconocido que estos hechos, "que parecen de ciencia ficción", son muy desconocidos para la mayoría de los ciudadanos, y ha expresado su confianza en que tras la publicación de este libro sean más conocidos.
Según el autor este suceso, en 1869 tuvo una gran repercusión en su época, aunque después pasó al olvido por diferentes motivos.
En este sentido ha precisado que "entre los amotinados había personas del estamento clerical, otros con ideas carlistas y posiblemente participaron también personas de talante liberal, que en aquellos momentos ocupaban el gobierno provisional de España".
En su opinión el hecho de que en la rebelión participaran personas próximas al gobierno central "no hubiera sido una buena publicidad para lo que pocos años después se convertiría en la primera república".
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