El líder comunista moldavo vaticina más disturbios si hay nuevos comicios

El líder del Partido de los Comunistas de Moldavia, presidente del Parlamento y jefe de Estado saliente de ese país, Vladímir Voronin, afirmó hoy que nadie puede descartar la repetición de los disturbios del 7 de abril en la capital moldava en caso de nuevas elecciones parlamentarias.

"Nadie puede excluir delirios de dementes", dijo Voronin en una entrevista con la radio Eco de Moscú al responder a una pregunta sobre la posibilidad de nuevos desórdenes en Chisinau si se convocan elecciones legislativas extraordinarias.

Según establece la Constitución moldava, si el próximo día 28 el Parlamento fracasa por segunda vez en su intento de elegir al presidente de la República, se disolvería el Legislativo y se celebrarían nuevas elecciones.

En la primera votación, celebrada el pasado día 20, la candidata de los comunistas, la ex primera ministra Zinaida Greceanii, estuvo a solo un voto para acceder a la jefatura del Estado.

Los 60 votos de los diputados comunistas fueron insuficientes para que Greacenii fuera elegida: según la Constitución moldava para ello se requiere una mayoría cualificada de tres quintos, es decir, el respaldo de 61 de los 101 miembros del Parlamento.

Los tres grupos parlamentarios opositores, que suman 41 escaños, boicotearon la primera votación y anunciaron que harán lo mismo en la del día 28.

Los partidos de la oposición consideran "fraudulentos" los resultados de las elecciones legislativas del pasado 5 de abril, que dieron la victoria a los comunistas y que fueron seguidas de violentos disturbios en Chisinau.

Voronin insistió hoy en que los comunistas no ofrecerán una coalición a los partidos opositores, porque "el partido gobernante tiene 60 votos (en la Cámara), lo que le permite decidir sobre todos los demás asuntos sin incorporar a la oposición".

Sin embargo, el líder de los comunistas moldavos dejó abierta la posibilidad de que "personas capaces" de la oposición puedan participar en el gobierno del Estado.

Voronin añadió que los desórdenes del 7 de abril, en el curso de los cuales manifestantes saquearon las sedes del Parlamento y de la Presidencia, no provocaron una división en la sociedad moldava.

"En las muchedumbres desenfrenadas que quemaron el Parlamento no había adultos", destacó y agregó que los participantes en los disturbios eran "niños de más de 12 años y jóvenes".