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El líder laborista Kevin Rudd pone fin a once años de gobierno conservador

EFE

El líder laborista australiano, Kevin Rudd, puso fin hoy a once años de gobierno conservador del primer ministro John Howard, tras vencer las elecciones generales celebradas en Australia.

Rudd, que ha prometido retirar gradualmente a las tropas australianas de Irak y firmar el Protocolo de Kioto, ganó los comicios con un mensaje a favor del cambio que caló en la sociedad australiana.

A pesar de que Rudd criticó con firmeza la decisión de John Howard de enviar tropas a Irak, en su intervención tras conocer la victoria, se mostró abierto a trabajar con Estados Unidos y el resto de la comunidad internacional

"Extiendo mis saludos a nuestros amigos y socios de Estados Unidos, de Asia y el Pacífico, de Europa y del resto del mundo, queremos trabajar juntos con todas estas naciones", dijo Rudd.

Tras reconocer la derrota de su formación, Howard desconocía incluso si ha logrado retener el escaño por el distrito electoral de Bennelong, en Sídney, en la pugna electoral mantenida con su rival, Maxine McKew, la candidata laborista y antigua presentadora de televisión.

Howard, de 68 años de edad, dio a entender que tiene intención de retirarse, aunque no precisó cuándo.

"El Partido Liberal tendrá que escoger a un nuevo líder y yo ya he dicho quién creo que debería ser: Peter Costello", señaló Howard en alusión al actual ministro de Hacienda.

Howard, ya antes había declarado a Costello como su sucesor al frente de la Coalición Liberal

Rudd indicó en su comparecencia que quiere conseguir "cierta unidad entre lo publico y lo privado, lo sindical y lo empresarial; empezar a construir un nuevo sistema educativo y actuar sobre el cambio climático".

Durante la campaña electoral, la pugna fue intensa entre las dos formaciones que dominan el escenario político australiano desde hace varias décadas, y quedaron claras la diferencia de posturas sobre el cambio climático, la presencia de las tropas en Irak y las políticas fiscales.

Con cerca de un 75 por ciento de los votos escrutados, la Comisión Electoral de Australia, reveló que un 53,25 por ciento del total era para el Partido Laborista de Rudd, y un 46,75 para la Coalición Liberal de Howard.

Según esos porcentajes, los laboristas había conseguido 72 escaños de los 150 que integran el Parlamento, y los liberales 47 escaños.

En las elecciones celebradas en 2004, la coalición encabezada por Howard ganó con 86 escaños, mientras que los laboristas obtuvieron 60 escaños, el Partido Liberal Rural (CLP) consiguió uno, y tres candidatos independientes lograron otro cada uno de ellos.

Rudd también dijo que quiere ser un primer ministro de todos los australianos, "de los australianos indígenas, los nacidos aquí y los que han venido de lejos y han contribuido a nuestra gran diversidad, para nuestras ciudades y para nuestro campo, donde están sufriendo la peor sequía".

El próximo primer ministro de Australia, de 50 años, abandonó su carrera como diplomático para abrirse camino en la política, y se convirtió en líder del Partido Laborista en diciembre pasado.

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