Este artículo se publicó hace 14 años.
Ligan el nivel educativo con el riesgo de insuficiencia cardíaca
Por Amy Norton
A menor educación, mayor riesgode desarrollar insuficiencia cardíaca crónica, según reveló unestudio.
Un equipo afirma que un menor nivel educativo determina lacondición económica de la población y que sus resultados se sumana las pruebas que asocian la pobreza con la enfermedad cardíaca.
Los resultados sugieren también que la prevención de lainsuficiencia cardíaca para la población con bajos ingresos debecomenzar más tempranamente.
La insuficiencia cardíaca es una enfermedad crónica en la queel corazón no puede bombear sangre suficiente como para respondera las demandas del organismo; esto produce síntomas como fatiga,disnea y acumulación de líquido en las extremidades.
La enfermedad coronaria (obstrucción de las arteriascardíacas) es la causa subyacente de la mitad de los casos deinsuficiencia cardíaca. Otras causas son el daño cardíaco quecausa la hipertensión no controlada o la diabetes.
El nuevo estudio, que siguió a más de 18.600 adultos deDinamarca durante dos décadas, halló que aquellos con mayor niveleducativo (más de 10 años de escolaridad) eran un 39 por cientomenos propensos a ser hospitalizados por insuficiencia cardíacacrónica que los participantes con menos de ocho años deescolaridad.
Los sujetos con niveles educativos intermedios eran un 25por ciento menos propensos que aquellos con menor nivel educativoa ser hospitalizados por la enfermedad.
Los resultados, publicados en European Heart Journal, noprueban que un bajo nivel educativo en sí aumente estos riesgos.
Con todo, el equipo consideró varios factores asociados conel estilo de vida, como el peso, el tabaquismo, el colesterol yla actividad física, y halló que la asociación entre educación yhospitalizaciones se mantenía. Esto sugiere que el estilo de vidano explicaría por completo la brecha entre los más y menoseducados.
Una posibilidad, para el equipo, es que las personas conmenor nivel educativo e ingresos tiendan a no recibir untratamiento agresivo temprano de la insuficiencia cardíaca o susfactores de riesgo, como la hipertensión y la diabetes.
Ese tratamiento precoz, o la prevención a través de un estilode vida saludable, es clave, opinó la doctora Eva Prescott, delHospital Universitario Bispebjerg, en Dinamarca.
Prescott destacó que desafortunadamente en el mundo cada vezes mayor la división social en los problemas de salud que llevana la enfermedad cardíaca, como la obesidad, la diabetes y eltabaquismo.
De modo que habría que adelantarse a esos problemas en losmás jóvenes para reducir la brecha social en la prevención yatención de la insuficiencia cardíaca.
Los resultados surgen de 18.616 adultos de Copenhague sinenfermedad cardíaca inicial y controlados desde 1976. En 21 años,2.190 fueron hospitalizados por insuficiencia cardíaca.
El 18 por ciento de los hombres y el 15 por ciento de lasmujeres con menor nivel educativo formal necesitaron serinternados, comparado con el 13 y el 6 por ciento,respectivamente, del grupo con mayor nivel educativo.
Para Prescott, se necesitan más estudios para conocer por quélos hombres y las mujeres con bajo nivel educativo tienen másriesgo de ser hospitalizados por la enfermedad.
Por ahora, la población debe saber que la insuficienciacardíaca se puede prevenir con una dieta saludable, ejerciciofísico regular, peso normal y sin fumar, añadió el autor.
FUENTE: European Heart Journal, online 8 de diciembre del2010
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