Este artículo se publicó hace 16 años.
La limitación del uso de ascensores de Torre del Agua retrae a muchos visitantes
La limitación del uso de los ascensores de la Torre del Agua al público en general, salvo a personas con movilidad reducida, especialmente quienes van en silla de ruedas o usan prótesis, hace que numerosos visitantes de este pabellón de la Exposición Internacional desistan de ascender a la torre mediante la rampa.
Hasta la séptima planta se asciende por escaleras mecánicas o mediante el ascensor para quienes van con carritos de bebé o en silla de ruedas y desde esa altura, aunque hay ascensores hasta el piso 24, hay que utilizar la rampa para llegar a la torre o regresar a la primera planta y abandonar el edificio.
El problema es que una vez que comienza el ascenso, ya no se puede bajar por la misma rampa, puesto que la de descenso se toma desde la torre, a 78 metros de altura desde la cota 0, en la planta 24.
Trabajadores de este pabellón reconocieron a Efe que muchas personas no se atreven a afrontar el ascenso y optan por regresar desde la planta 7 una vez que han disfrutado contemplando la enorme escultura de la explosión de una gota de agua suspendida en el vacío.
El uso del ascensor está muy limitado para evitar, sobre todo, la "picaresca" de quienes no quieren subir la rampa andando, pero aseguraron que no lo impiden a quien de verdad lo necesita.
Así, han podido utilizarlo personas asmáticas, como Teresa, según confesó a Efe, después de mucho insistir.
Otra pareja la ha podido visitar hoy usando el ascensor hasta la última planta, ya que el hombre tenía la pierna escayolada y la mujer no se veía capacitada para empujar la silla hasta arriba.
Lo mismo que pensaba hacer otra mujer con su madre, también con movilidad reducida, quien explicó a Efe su intención de subir en ascensor porque ya había experimentado el ascenso a pie y reconoció las dificultades que podía generarle con este vehículo.
El problema se puede plantear cuando alguien se encuentre mal a una determinada altura de la rampa y debe esperar a que alguien que sube o baja lo comunique a alguno de los trabajadores, si bien, las citadas fuentes señalaron que suelen estar repartidos por la torre para ayudar en caso de necesidad.
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