El técnico de la selección italiana de fútbol, Marcello Lippi, contradijo el lunes a su jefe sobre su futuro, al decir que su futuro en el cargo podría depender de los resultados del Mundial.

"Yo no he dicho que voy a irme después de Sudáfrica", dijo a los periodistas Lippi, cuyo contrato termina a finales de junio.

"Ahora sólo estoy pensando en la Copa del Mundo. En primer lugar, vamos a concentrarnos plenamente en el Mundial y después quién sabe. Depende de los resultados", añadió.

Sin embargo, y después de la misma reunión con Lippi, el presidente de la federación italiana de fútbol, Giancarlo Abete, había dicho que el entrenador italiano tenía ideas muy diferentes.

"Tenemos una relación positiva con Lippi y le he dicho que haya total claridad sobre el puesto del entrenador nacional antes de partir a Sudáfrica", dijo.

Italia compartirá el Grupo F del Mundial junto a Paraguay, Nueva Zelanda y Eslovaquia.

Abete quiere evitar la misma situación que se produjo en la Eurocopa 2008, cuando el entonces seleccionador Roberto Donadoni firmó una extensión de contrato durante el torneo para ser despedido cuando el cuadro "Azzurri" fue eliminado por España en cuartos de final.

El técnico Cesare Prandelli, que está teniendo una buena temporada al mando de la Fiorentina, quiere ser el próximo en ocupar el puesto, mientras que Carlo Ancelotti, del Chelsea; Claudio Ranieri, de la Roma; y Roberto Mancini, del Manchester City, han dicho que les interesa el puesto, pero no en un futuro inmediato.