Este artículo se publicó hace 15 años.
Todo listo en Moscú para una gran final de Eurovisión galáctica
Todo está listo para la gran final del Festival de Eurovisión que se celebrará mañana en el Pabellón Olimpiyski de Moscú, un evento para el que Rusia no ha escatimado recursos en su afán de mostrar una imagen amable al mundo y que dará comienzo con una conexión con la Estación Espacial Internacional.
La cantante Soraya, representante de España, será la última de los 25 finalistas que pisará el grandioso escenario, y deberá defender su tema "La noche es para mí" ante los grandes favoritos.
El noruego de origen bielorruso Alexander Rybak, la turca Hadise y el griego Sakis Rouvas, que en 2006 presentó la final de Atenas, lideran las encuestas, en las que Soraya aparece en el medio del ránking.
Sin embargo, la cantante extremeña no se deja amilanar por las encuestas y ha dejado claro en Moscú que se gana en la final, sobre el escenario y que nada está dicho hasta que se computen los votos.
El diario ruso "Novye Izvestia" señaló hoy que "la hospitalidad de Rusia supera todos los límites imaginables, ya que se trata de 30 millones (de euros)", al destacar que hace un año los organizadores del festival en Belgrado gastaron 9,3 millones de euros.
Sólo el gobierno municipal ha destinado alrededor de 200 millones de rublos (unos 4,5 millones de euros) en transporte, publicidad, seguridad, la ornamentación del pabellón Olimpiyski, el alquiler de instalaciones, las ceremonias de apertura y clausura del concurso y la producción de souvenirs.
"Hay una serie de gastos que no contempla este presupuesto. Es un evento muy caro, en el que lo más importante es la imagen", declaró Valeri Vinogradov, teniente de alcalde de Moscú y miembro del comité organizador.
Una muestra de la importancia que da Rusia a este festival fue la visita de inspección que hizo el primer ministro, Vladímir Putin, a las instalaciones del Olimpiyski, con un aforo para este evento de unas 20.000 personas.
Con el fin de ofrecer una cara amable y europea de la ciudad, las autoridades locales han hecho limpiar sus calles de perros vagabundos, lo que ha desatado la indignación de defensores de los animales, que denuncian que los canes son sacrificados y sin hacer ningún esfuerzo por encontrar a sus posibles dueños.
Por motivos de seguridad y también de imagen, fueron retirados decenas de quioscos en un paso subterráneo que conduce del metro al pabellón Olimpiyski, en algunos de los cuales se vendían CDs y DVDs de dudosa procedencia.
Sin embargo, todos los esfuerzos de las autoridades rusas pueden verse truncados si es reprimida con violencia la marcha gay anunciada para mañana, coincidiendo con la final.
"Todo intento de realizar acciones no autorizadas será reprimido severamente por las fuerzas del orden, tal y como establece la ley", declaró Serguéi Tsoy, portavoz del alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov.
El funcionario denunció que la marcha "apunta contra los pilares morales de la sociedad y provoca desórdenes, que pueden amenazar la vida y salud de moscovitas y visitantes de la capital".
El ministerio del Interior de Rusia movilizó a más de 8.500 agentes de la policía y de compañías privadas para velar por la seguridad y el orden en Moscú durante el festival, por lo que muchos de los visitantes de la capital rusa pueden tener la impresión de que la ciudad se encuentra en una situación de emergencia.
Por otra parte, en una encuesta publicada por "Novye Izvestia", el 42 por ciento de los participantes en el sondeo dijeron estar hartos del despliegue mediático en torno al festival.
El 23 por ciento está molesto por los gastos excesivos que ocasiona la organización de este evento.
El 10 por ciento considera que el festival sirve para elevar el prestigio del país y el 6 por ciento se declara amante de los concursos musicales, mientras que el 19 por ciento restante dice que no le interesa en absoluto.
Sin embargo, según el rotativo, pese a los resultados de la encuesta, lo mas probable es que la transmisión del festival batirá récords de audiencia.
El Primer Canal, la televisión pública de Rusia, eligió como conductores para la final a la cantante Alsou, segunda en Eurovisión en 2002, y al actor Ivan Urgant, uno de los presentadores estrella de esa cadena.
Una de las sorpresas de la noche será la conexión en directo desde el pabellón Olimpiyski con la Estación Espacial Internacional (EEI), cuya tripulación será la encargada de dar comienzo a las votaciones.
En esta edición se introduce un nuevo sistema de votación a medias entre un jurado profesional, ausente en las últimas ediciones, y los telespectadores de todos los países participantes en el festival, independientemente de si pasaron o no a la final.
Acorde al sistema vigente de puntuación, introducido en 1975, cada país votará a los participantes del concurso otorgando doce puntos al intérprete favorito, diez al segundo y de ocho a uno a los demás cantantes.
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