Este artículo se publicó hace 16 años.
Lituania retira el veto al inicio de las negociaciones entre la UE y Rusia
Lituania retiró hoy el veto al inicio de las negociaciones entre la Unión Europea (UE) y Rusia para la firma de un nuevo acuerdo de cooperación política, comercial y energética, que debe sustituir al Acuerdo de Asociación de 1994.
"Hemos alcanzado un buen acuerdo, que respeta las necesidades de Lituania a la vez que también tiene en cuenta los intereses conjuntos de la UE", anunció el esloveno Dimitrij Rupel, presidente de turno de la UE, durante una rueda de prensa en Vilna.
Rupel adelantó que el correspondiente mandato de la negociación será aprobado en el próximo Consejo de Ministros de la Unión Europea que se celebrará el 26 de mayo en Bruselas.
Lituania aceptó levantar el veto a condición de que durante las negociaciones con Rusia previstas para finales de junio se tengan en cuenta sus posiciones en materia política y energética, según informó la televisión local.
"Hemos encontrado la forma de reflejar en el mandato para las negociaciones el asunto de los suministros de petróleo ruso vía el oleoducto Druzhba, la cooperación jurídica y los conflictos congelados", señaló Rupel.
Este acuerdo fue alcanzado en Vilna durante la visita relámpago realizada por una delegación comunitaria encabezada por Rupel y que también incluía a los ministros de Exteriores de Polonia y Suecia.
"La solidaridad mostrada por los Veintisiete y la Comisión Europea no es una palabra hueca", señaló a su vez Petras Vaitekunas, ministro de Exteriores lituano, tras reunirse con la delegación comunitaria.
Con todo, Vaitekunas advirtió que "el éxito de las negociaciones con Rusia dependerá directamente de la reanudación de los suministros a través del oleoducto Druzhba", interrumpidos desde julio de 2006.
Lituania vetó el pasado 29 de abril el inicio de las negociaciones con Rusia, lo que supuso un jarro de agua fría para Bruselas y Moscú, que querían obtener el mandato colectivo para la firma del acuerdo en vísperas de la investidura del nuevo presidente ruso, Dmitri Medvédev.
Según la prensa lituana, el gobierno báltico volverá a vetar en un futuro las negociaciones si Moscú no se compromete a reanudar el bombeo a través del Druzhba.
"Nuestro objetivo es que en la UE hablemos con una sola voz y hoy se ha dado un paso muy importante en ese sentido", señaló hoy Valdas Adamkus, presidente lituano, que calificó de "justas" y "legítimas" las condiciones interpuestas por Vilna.
Transneft, que ostenta el monopolio en el tendido de gasoductos y oleoductos rusos, cortó en julio de 2006 el tramo de ese oleoducto, que transporta crudo a la refinería lituana de Mazeikiu Nafta, y desde entonces se niega a reanudar el bombeo.
El cierre se debió a una avería en territorio de la región rusa de Briansk y, ahora, Transneft mantiene cerrado el oleoducto.
La directiva de Transneft no descartó cerrar definitivamente el tramo lituano si las obras de reparación resultaban demasiado costosas.
La clase política lituana calificó esta postura de "chantaje" y acto de venganza, después de que Vilna no vendiera a compañías rusas, sino a la polaca PKN Orlen, parte de las acciones de Mazeikiu Nafta, antes propiedad de la endeudada petrolera rusa Yukos.
Los otros dos asuntos tienen que ver con la seguridad energética de la UE y la solución de los llamados "conflictos congelados" en el espacio pos-soviético, en un gesto de solidaridad con Georgia, que acusa a Rusia de proteger a sus dos regiones separatistas, y con Moldavia.
"Los avances en la solución de los conflictos congelados son una condición directa para el éxito de las negociaciones entre la UE y Rusia", dijo hoy Vaitekunas.
Lituania también ha instado a Rusia a colaborar en la investigación de quién fue el que ordenó el envío de tanques a la república báltica en enero de 1991 para aplastar las manifestaciones que estallaron en la capital.
Las tropas soviéticas dispararon contra la multitud, matando a 14 personas e hiriendo a cerca de un millar.
Y también quiere que en el mandato comunitario figure la necesidad de que Rusia asuma las compensaciones a los lituanos que fueron deportados en tiempos de la URSS, compromiso adquirido por Rusia al ingresar en el Consejo de Europa en 1996.
En todo caso, los Veintisiete esperan que las conversaciones comiencen durante la cumbre UE-Rusia que se celebrará a finales de junio próximo en Siberia y que será la primera que presida Medvédev al frente del Kremlin.
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