El número de personas en situación irregular que llegaron a las costas españolas se redujo un 30% en 2012, una cifra que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha calificado de 'muy positiva', durante la presentación del balance anual sobre inmigración irregular.

En total, en 2012 entraron en España 3.804 personas de forma irregular, el 95% de ellas (3.631) a través de las costas. Las cifras contrastan con las del ejercicio anterior, cuando se registró un incremento del 18% con respecto a 2010. 'Es la segunda mejor cifra de los últimos 12 años y se ha conseguido a pesar de que Europa, y también España, mantienen un importante atractivo para la inmigración que proviene de África', ha recalcado, al tiempo que ha asegurado que han aumentado las presiones migratorias por las situaciones convulsas en la región subsahariana.

Aunque ha descendido, el balance arroja cifras diferentes según el lugar de llegada. Se produjo un descenso importante tanto en las entradas por Ceuta (56% menos respecto a 2011) como en la ruta por Canarias (disminuye un 50%), 'prácticamente cerrada' según Fernández Díaz. 'Todos los españoles debemos sentirnos satisfechos', ha dicho el minsitro.

Melilla, en cambio, experimentó un incremento en las entradas, concretamente de 262 personas más que el año anterior, un dato que el ministro justifica por la 'fuerte presión de inmigrantes subsaharianos' que llegan a Marruecos y la búsqueda de rutas alternativas por parte de las mafias.

A juicio de Fernández Díaz, la presión migratoria que soporta Marruecos, país de destino y tránsito de inmigración irregular, las situaciones de inestabilidad vividas en el Sahel, la guerra en Siria y las consecuencias de la Primavera Árabe, unidas al mayor control de las rutas marítimas, explican que la presión migratoria se haya incrementado en Melilla.  

El titular de Interior ha destacado el esfuerzo del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil y también ha expresado el reconocimiento a la colaboración internacional, especialmente con Marruecos y de forma creciente con Argelia, así como con Mauritania y Senegal.