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Lucien Freud regresa, tras veinte años, al Pompidou con sus obras más recientes

EFE

Después de más de 20 años, París vuelve a rendir homenaje a Lucien Freud, pintor de la Escuela de Londres y nieto del psicoanalista Sigmund Freud, con una exposición de sus trabajos de los últimos años, que se podrá ver en el Centro Pompidou desde el 10 de marzo al 19 de julio.

Bajo el nombre de "Lucien Freud. L'Atelier", la muestra presentada hoy a la prensa reúne, en torno al tema del "taller", los trabajos mayores del artista, conocidos como "Large Interiors", sus versiones de cuadros de maestros de la pintura, la serie de autorretratos y retratos como los de Leigh Bowery o Big Sue.

Cerca de 50 pinturas, así como obras gráficas y fotografías del espacio de trabajo del pintor en la capital británica, se podrán ver en un espacio de más de 900 metros cuadrados acondicionados en el Centro Pompidou.

"No queríamos hacer una retrospectiva, sino más bien proponer una visión más precisa de su obra contemporánea", explicó a EFE una de las responsables de la exposición Cécile Debray.

La mayoría de las piezas expuestas provienen de colecciones privadas, aunque también hay préstamos del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, la Tate de Londres o el Metropolitan de Nueva York.

"Lucien Freud ha apoyado el proyecto porque el tema del taller le pareció muy interesante", contó Debray.

En su espacio de trabajo ha retratado a amigos y familiares "con un realismo absoluto", acompañados únicamente por los objetos y muebles de la habitación, como un sofá roto, una butaca desgastada o una cama de hierro, rodeados por una pared manchada de pintura.

Desde su ventana, los solares y edificios industriales de Londres también han servido de modelo para "uno de los mayores representantes de la pintura figurativa", según Debray.

Esta tensión entre lo interior y lo exterior es sobre la que se articula la primera parte de la exposición.

Una segunda sala recogerá la producción de autorretratos, en los que el pintor juega con los espejos, el encuadre o la parodia ya que, según él, "para representarse a sí mismo hay que intentar pintar como si se fuera otra persona".

En sus primeros años, el artista británico trabajaba ensimismado, en su taller, a solas con el modelo, pero en la década de los 80 del siglo pasado empezó a fijarse en los trabajos de grandes artistas y a variar sus obras, como alguna de Cézanne o Picasso.

Esta apertura y cambio de trayectoria será el objeto de la tercera sala de la exposición.

Dos vídeos del taller y fotografías tomadas allí por David Dawson cerrarán "Lucien Freud. L'Atelier".

A sus 88 años, el artista mantiene su actividad, enriqueciendo una carrera que empezó a finales de los años cuarenta tras unos estudios en la East Anglian School of Painting and Drawning en Dedham (sudeste del Reino Unido), bajo la dirección de Cedric Morris.

De familia judía, nació en 1922 en Berlín, pero en 1934 sus padres decidieron abandonar Alemania para escapar del auge del nazismo y se instalaron en Inglaterra, donde reside desde entonces.

Freud conoció a otros pintores de su juventud, como Alberto Giacometti, el cual le marcó profundamente, o Francis Bacon con el que entablaría una buena relación.

El 10 de marzo se abrirá al público esta exposición que espera tener un éxito mayor que la anterior que el Centro Pompidou dedicó a éste artista al que la organización describe como "uno de los más importantes pintores contemporáneos".

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