Este artículo se publicó hace 17 años.
Lugovói, de sospechoso en el asesinato de Litvinenko a celebridad electoral
En los doce meses que han transcurrido desde la muerte del ex espía Alexandr Litvinenko, el principal sospechoso de su asesinato, el empresario ruso Andréi Lugovói, se ha convertido en una celebridad e incluso aspira a obtener un acta de diputado.
"Mi familia y mis amigos fuimos víctimas de terrorismo nuclear en territorio británico", asegura Lugovói desafiante ante la insistencia del Reino Unido en pedir su extradición para que sea juzgado en territorio británico.
Lugovói, de 41 años, era un anónimo empresario de seguridad y comerciante de vinos, hasta la trágica muerte de Litvinenko el 23 de noviembre de 2006, imágenes que dieron la vuelta al mundo y rememoraron la "guerra de espías" del siglo pasado.
Según las autoridades británicas, Lugovói, que abandonó los servicios secretos rusos en 1996 para ingresar en la empresa privada, se reunió hasta en cuatro ocasiones con Litvinenko en Londres entre mediados de octubre y el día de su hospitalización.
Detectives de Scotland Yard hallaron rastros del isótopo Polonio 210, sustancia radiactiva altamente tóxica, en los aviones en los que Lugovói voló a Londres y regresó a Moscú, y también en las habitaciones de hotel donde se hospedó.
Desde ese momento, Lugovói, que había sido compañero de Litvinenko en los servicios secretos en los años 80 y principios de los 90 del pasado siglo, fue interrogado por inspectores de Scotland Yard y su nombre apareció en la portada de la prensa en todo el mundo.
Seis meses después de la muerte de Litvinenko debido a las altas dosis en su organismo del isótopo Polonio 210, Lugovói rompió el silencio.
Desde ese momento, Lugovói ha lanzado una campaña de defensa de su buen nombre que incluye la implicación en el caso del MI6 británico y de "enemigos de Rusia" como el magnate ruso Borís Berezovski, reclamado por la Justicia rusa y exiliado en Londres.
"Litvinenko era un agente que se escapó del control del MI6 y fue asesinado", aseguró en su primera comparecencia ante la prensa.
Lugovói, que se define como un "un genuino oficial ruso", también acusó a los servicios secretos británicos de intentar reclutarle.
"Me entregaron un teléfono móvil para comunicarme con Londres. Litvinenko incluso me dio un libro, del que debía extraer un código basado en números, párrafos y líneas, como se hace en las películas", apuntó.
En septiembre, su campaña de relaciones públicas se anotó un nuevo tanto cuando el ultranacionalista Partido Liberal Democrático (PLD) le incluyó como número dos de la lista de cara a las elecciones parlamentarias del próximo 2 de diciembre.
En caso de resultar elegido, Lugovói obtendría la inmunidad parlamentaria e, incluso, la posibilidad de ser candidato a la presidencia de Rusia en marzo de 2008.
"Como cualquier ciudadano me gustaría ser presidente", dijo.
Con su presencia en las listas, el líder del PLD, Vladímir Yirinovski, pretendía dar un golpe de efecto y frenar la sangría de votos que ha sufrido su formación en los últimos meses.
Poco después, Lugovói debutó en la campaña electoral al participar en un debate televisivo presentado por el popular Vladímir Soloviev en el canal NTV.
Durante su intervención, criticó a los liberales rusos por su servilismo con Occidente y volvió a insistir en su inocencia.
Por esas fechas, la viuda de Litvinenko (Marina), aseguró en Madrid que la noticia de la inclusión de Lugovói en el PLD le había hecho sentir "repugnancia".
Al respecto, Lugovói criticó esta semana los planes de Marina Litvinenko de recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para que éste exija a Rusia que reconozca su responsabilidad en la muerte del ex espía.
"Bajo mi punto de vista, lo que preocupa a los familiares y amigos de Litvinenko es ganar dinero con toda clase de libros, guiones y películas, más que saber lo que pasó en realidad", aseguró Lugovói a la agencia rusa Interfax.
Esta semana el diario "Kommersant", una de las pocas cabeceras críticas con el Kremlin, se ha visto obligada por decisión judicial a publicar una aclaración del artículo en el que acusaba indirectamente a Lugovói del asesinato de Litvinenko.
Tras graduarse en una escuela militar de élite en 1987, Lugovói ingresó en las filas del KGB, en el directorio responsable de la seguridad de los altos cargos del Estado, y entre 1991 y 1996 sirvió en el servicio de seguridad del presidente de Rusia.
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