Este artículo se publicó hace 16 años.
Luis Caruncho querría llegar a hacer el cuadro que casi no tuviese signos
El pintor Luis Caruncho (La Coruña 1929) ha afirmado ha afirmado que querría "llegar a hacer el cuadro que casi no tuviese signos" para lograr expresar lo esencial en sus obras, de las que ofrece una pequeña exposición antológica desde hoy en el Museo Salvador Victoria.
Caruncho, figura clave de la abstracción constructivista, a punto de cumplir los 80 años, ha reunido para esta exposición sus cuadros de "toda una vida", cincuenta años durante los que se mantuvo fiel al constructivismo y persiguió la proporción, la medida, la dimensión y la magnitud escalar como una forma de dar respuesta a la vieja problemática del "hombre como ser esencialmente ansioso de infinito".
"Yo me sirvo del constructivismo -ha manifestado a Efe- , pero la geometría no es el fin, como decía hace ya tiempo el crítico José María Moreno Galván, hay geómetras más rigurosos que yo, que son decididamente más fríos, yo soy menos riguroso, pero en mis obras palpita más la vida, son más cálidas".
"Caruncho 1958-2008" muestra 20 obras de su colección particular, entre cuadros de técnica mixta sobre tabla, papel, obra gráfica y alguna escultura, que permiten ver su evolución desde el cubismo de su óleo "Músico listado" de 1958, al constructivismo que comienza a principios de los sesenta y aparece ya muy depurado en sus últimas creaciones de la serie "Del blanco al negro", en la que trabaja actualmente.
En esta última etapa Caruncho persigue la sencillez, las "formas escuetas, puristas, esenciales" de sus cuadros monocromos, en palabras del crítico Juan Manuel Bonet Correa. "Creo -ha explicado Caruncho a Efe- que mi obra más conseguida es aquella que aparentemente tiene menos trabajo, la que tiene menos signos".
"Cada vez mas -ha añadido- pienso que estoy mas lejos de lo que quería conseguir cuando empecé a pintar. Estas exposiciones me sirven para meditar: cosas que me gustaban menos hace años, al verlas ahora, con medio siglo de proyección, me gustan más, y en cambio otras que las recordaba mejor me gustan menos".
Entre los cuadros de la exposición, destaca "Recordando a don Daniel nº 20 (El refectorio)", de 2006, un homenaje a su maestro Daniel Vázquez Díaz, uno de los grandes artistas de la vanguardia histórica española, en cuyo taller de Madrid estudió Caruncho.
Es una gran construcción geométrica, de más de dos por dos metros, en la que algunos han querido adivinar una composición musical: "Curiosamente, hace años me dijo doña Sofía, al entregarme un premio, que mi obra era muy musical: ¡Señora -respondí-, cómo no va a ser musical, si utilizo cuerda de guitarra para hacerla! Era una obra que daba la sensación de un instrumento musical. Y por otro lado, yo, imitando a los viejos cubistas, he rendido culto a las guitarras y a muchos instrumentos".
Caruncho no encuentra palabras para definir la emoción que le produce esta exposición en el Museo Salvador Victoria - "un pintorazo" y "una grandísima persona"-, que fue compañero suyo en el Grupo Ruedo Ibérico y con el que tuvo estrecha amistad hasta su muerte.
Ruedo Ibérico fue fundado por Caruncho en los años 80 con José Caballero y Alvaro Delgado y enseguida se unieron, además de Victoria, José María Iglesias y José Luis Fajardo, así como el novelista José Manuel Caballero Bonald y el profesor de Arte José Luis Morales.
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