Lula seduce a los líderes de la Unión Europea

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, completó ayer su visita a Europa con un nuevo éxito diplomático y la certificación de que su popularidad se ha amplificado desde que el viernes pasado presidió la misión que ganó los Juegos Olímpicos del 2016 para Río de Janeiro.

En la cumbre entre la Unión Europea y Brasil que se celebró ayer en Estocolmo, ambas partes acordaron defender una postura común en la cumbre contra el cambio climático de Copenhague en diciembre. Es la primera vez que la UE, que nombró a Brasil socio estratégico en 2007, forma una alianza de este tipo con un país emergente.

Lula augura que su país estará entre las 5 o 6 mayores economías en 2016

José Manuel Durão Barroso, presidente del Ejecutivo comunitario, calificó la concesión de los Juegos a Río como "una victoria sensacional" que "refleja la importancia mundial" de Brasil.

Quizás envalentonado por tanto halago, Lula aseguró ayer ante empresarios europeos que Brasil se situará "entre las cinco o las seis mayores economías del mundo" en 2016, el año de los Juegos.

Barroso dijo que ambos actores "están juntos ante los grandes retos" y que mantienen no sólo "un diálogo político, sino un progreso real". En los mismos términos se expresó Fredrik Reinfeldt, primer ministro sueco, presidente deturno de la UE, que evitó criticar a Brasil por la paralización de la Ronda de Doha para liberar el comercio internacional.

"Brasil ha entrado en el pelotón del liderazgo mundial", dice Van Rompuy

Fuentes diplomáticas confirman que los elogios de Barroso y Reinfeldt son mucho más que el brindis al sol de un buen anfitrión. La influencia que despliega Lula no sólo se limita al COI, sino que alcanza el terreno de la política global. Quedó constatada en la plena sintonía entre Brasil y la UE en asuntos de controversia internacional, como la estrategia para la recuperación económica mundial, la situación en Honduras o los planes nucleares de Irán.

"Desde que llegó Lula al poder, Brasil quiere ser un actor global", explican fuentes diplomáticas de Portugal. "Aunque se incorporó tarde, lo hizo con fuerza y ya no puede ser ignorado", aseguran. "Pese a las reticencias de los demás países latinoamericanos, Brasil está empeñado en ser el motor de América Latina y tiene ideas propias", añaden. Entre ellas, la acogida del depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, en la embajada brasileña en Tegucigalpa, una política conciliadora con Venezuela o incluso la reacción internacional ante los planes nucleares de Irán.

"Es una pieza esencial en el tablero internacional", según la Comisión

"Es un socio crucial, una pieza esencial en el tablero internacional", apunta Christiane Hohmann, portavoz para las Relaciones Exteriores de la Comisión Europea.

Institucionalmente, Bruselas insiste en distinguir en la mejora de las relaciones diplomáticas entre "Brasil y su presidente". Sin embargo, a pocos se les escapa que el avance se produjo desde que Lula llegó al poder, en 2003. Desde entonces, se han celebrado tres cumbres bilaterales y Brasil ha pasado a ser considerado como un "socio estratégico", fortaleciendo una colaboración sólo empañada por la disputa sobre el comercio internacional.

Desde 2000, las exportaciones europeas al gigante americano crecieron un 56%, pero las importaciones casi se duplicaron, según datos de Eurostat. La UE es el mayor socio comercial de Brasil, representando un 22,5% de sus exportaciones. El texto de conclusiones acordado ayer incluye el compromiso de relanzar la Ronda de Doha, las estancadas negociaciones internacionales para liberar el comercio

La figura de Lula también ha impresionado al primer ministro belga, Herman Van Rompuy: "Brasil ha confirmado su entrada en el pelotón del liderazgo mundial".