Este artículo se publicó hace 15 años.
Lula y Uribe esperan que la crisis fortalezca la región y los empresarios piden diálogo
Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Colombia, Álvaro Uribe, confiaron hoy en que las políticas públicas llevarán a América Latina a salir "fortalecida" de la crisis, pero los empresarios del Foro Económico Mundial les reclamaron más participación en las decisiones.
Lula afirmó que, en la solución a la crisis, se deben conjugar los intereses de la sociedad y del mercado, guiados por el brazo del Estado, que debe actuar como "controlador" del sistema financiero, para evitar "los excesos de la economía virtual", que, según él, esconde el origen de los actuales problemas económicos.
El mandatario brasileño consideró que la crisis debe ser una oportunidad para construir un "nuevo orden mundial", más ético y que haga énfasis en el reparto de la riqueza y en la protección del empleo.
"Debemos traer aquí los valores del Fondo Social Mundial", dijo Lula en la apertura de la cuarta edición latinoamericana del Foro Económico Mundial, que continuará con sus debates hasta mañana en Río de Janeiro.
Lula, que fue uno de los fundadores del Foro Social, dijo que aspira a que la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) le dé una estructura "más democrática" al organismo, que abra espacio para que todos, en especial los pobres, tengan voz en las decisiones económicas de su incumbencia.
El mandatario colombiano coincidió en que "no se les puede pasar la factura de la crisis a los pobres" e indicó que la prioridad de los gobiernos de América Latina debe ser acometer "reformas estructurales" para generar empleos, que sirvan para elevar la renta de las clases más desfavorecidas.
Uribe explicó que se deben potenciar las "políticas anticíclicas", como el gasto en infraestructuras, cuyo desarrollo es una "oportunidad" para países como Colombia, que están "atrasados" en esa área.
Además, puso énfasis en incentivar programas de subsidios a las familias pobres, las más afectadas por la crisis, y en dar estímulos al sector privado, a través de microcréditos o con medidas para la estabilización y diversificación de los flujos de inversión extranjera.
Precisamente, la abrupta caída de la inversión foránea es uno de los problemas que más preocupan al Banco Mundial (BM) en relación a Latinoamérica.
La vicepresidenta del BM para la región, Pamela Cox, detalló hoy que este año, las inversiones en América Latina se precipitaron de 80.000 millones de dólares a 37.000 millones.
Por éste y otros motivos, el ente ha revisado a la baja sus proyecciones para la región y ahora calcula que la economía se encogerá el 0,6 por ciento este año, según proyecciones elaboradas con datos actualizados hasta final de marzo.
Cox explicó que la salida de la crisis dependerá en gran parte de la recuperación de Estados Unidos y sus paquetes de estímulo, sobre todo en lo que se refiere a países muy ligados a la economía estadounidense, como es el caso de México y las naciones de Centroamérica.
No obstante, la recuperación de la primera potencia del planeta "puede estar distante todavía", apuntó hoy en un seminario del Foro el director del centro de estudios The Brookings Institution, Mauricio Cárdenas.
Este directivo argumentó que los países latinoamericanos "deben diversificar sus economías" para blindarse contra los problemas de Estados Unidos, e indicó al sector privado como el principal motor para este cambio y para recuperar la vitalidad del sistema.
En la misma línea, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina (CEPAL), Alicia Bárcena, consideró que los gobiernos "tendrán mucho más éxito si consultan al sector privado".
Éste "ha mandado un claro mensaje a los gobiernos, para que lo tengan en cuenta en la toma de medidas y para que se trabaje en la mejoría de la productividad", resumió Pamela Cox.
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