Este artículo se publicó hace 17 años.
El lunes comienza la demolición del edificio del colegio de Madrid que se derrumbó en Navidad
La demolición del edificio del Colegio Sagrado Corazón de Madrid que se derrumbó parcialmente el pasado día de Navidad comenzará el próximo lunes, ha anunciado hoy la delegada madrileña de Urbanismo, Pilar Martínez.
En rueda de prensa junto al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, tras la reunión semanal de la Junta de Gobierno del Ayuntamiento, la delegada de Urbanismo ha dicho que actualmente se trabaja en el desescombro y que el lunes empiezan las tareas de demolición.
Además, técnicos del departamento de Control de la Edificación del Ayuntamiento de Madrid efectuarán en los próximos días las catas necesarias para valorar si el otro edificio del centro puede ser utilizado.
La demolición total del edificio afectado por el derrumbe se ha adoptado a la vista de un informe de la Dirección General de Ejecución y Control de la Edificación del Ayuntamiento que advierte de "la extensión de los daños" y de "la imposibilidad de adoptar medidas de seguridad sin poner en riesgo la integridad de los operarios que allí trabajasen".
Preguntada por las posibles responsabilidades por el derrumbe, la delegada considera que "tendría que dirimirlas un juez", porque "desde luego no es el área de Urbanismo quien tiene que hacerlo", aunque ha advertido de que, en el caso concreto del arquitecto, que ejecutó la obra en 1982, ha prescrito, pues lo hace diez años después de acabados los trabajos.
Pilar Martínez ha asegurado asimismo que el "defecto" en la ejecución del edificio que, a su juicio, está en el origen del siniestro, era "muy difícil" de detectar incluso en las inspecciones obligatorias.
Con ayuda de dos bolígrafos, Martínez ha explicado que la viga que cedió el día de Navidad en el edificio derrumbado de este colegio, el que da a la calle Paraguay, no descansaba totalmente sobre el pilar correspondiente, sino que sólo estaba apoyado parcial o lateralmente sobre él.
El hueco que quedaba sobre la cabeza del pilar estaba rellenado con hormigón, por lo que ni siquiera la inspección obligatoria que tienen que pasar los edificios de Madrid cada 30 años -en este caso habría sido en 2012- hubiera detectado el "problema".
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