Este artículo se publicó hace 13 años.
El luso Manoel de Oliveira celebra sus 103 años con un filme por estrenar
El director de cine más longevo del mundo, el portugués Manoel de Oliveira, celebró hoy sus 103 años acompañado de su familia en Oporto y con el rodaje terminado de su último largometraje, "Gebo et l'ombre", que espera estrenar en 2012.
De Oliveira es el cineasta portugués más reconocido de la historia de su país, y ha cosechado a lo largo de su prolífica carrera decenas de premios, entre ellos el del Jurado de Cannes en 1999 por "La carta"
Con su bastón como único signo de sus achaques, el director avanza con tesón sus ocho décadas de carrera cinematográfica y planea ya su próximo proyecto, una adaptación del texto del brasileño Machado de Assis, "La Iglesia del Diablo".
Antes, el cineasta tiene que finiquitar los retoques de su última película, rodada en París y basada en un cuento de Raul Brandao, que relata la vida de injusticias de un padre sacrificado a principios del siglo XX.
El filme, en francés, cuenta con el reparto de Michael Lonsdale, Jeanne Moreau y Claudia Cardinale, y se espera que sea estrenado en el festival de Cannes la próxima primavera.
En una de sus apariciones públicas más recientes, en la Universidad Portucalense de Oporto, donde recibió el título de doctor "honoris causa", explicó que la idea de ese filme surgió de forma casual.
"Fue un espectador que me desafió a hacer una película sobre los pobres", dijo en el discurso de la investidura, en el que exhibió el humor de siempre y no reparó en críticas a los rectores.
Infatigable, en la última década ha producido una veintena de filmes su extensa filmografía, entre ellos "El extraño caso de Angélica" (2010), que cuenta en su reparto con la actriz española Pilar López de Ayala.
Su primer trabajo cinematográfico nació en 1931, cuando se atrevió a rodar con la cámara de su padre un cortometraje mudo titulado "Douro, faina fluvial", un alegato documental y poético en blanco y negro sobre su tierra natal.
Su obra continuó intermitente. Después del escaso éxito comercial de Aniki-Bobó (1942), la adaptación del cuento "Los niños millonarios", de Rodrigues de Freitas, pasó más de una década sin dedicarse al séptimo arte.
A partir de los años setenta y sobre todo en los ochenta, llegaron los frutos de su creatividad y trabajo, con aclamados títulos como "O Passado e o Presente" (1972), "Francisca" (1981), "No, o la vana gloria de mandar" (1990) y "O Convento" (1995).
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