Este artículo se publicó hace 15 años.
Luto por la voz de América Latina
La cantante Mercedes Sosa falleció a los 74 años en Buenos Aires a causa de una afección hepática que se complicó. Argentina declaró un día de duelo nacional
La cantante argentina Mercedes Sosa, de 74 años, falleció ayer en un hospital del barrio porteño de Palermo como consecuencia de una afección hepática que se complicó con problemas cardiorrespiratorios. Tras una convalecencia hospitalaria que ha durado trece días, la cantante ha dejado huérfana a la canción fol-klórica argentina y con ella, a sus innumerables seguidores.
Las reacciones no dejaron de sucederse a lo largo de ayer y cientos de admiradores hicieron cola para despedirse de Sosa en los alrededores del Congreso argentino, donde se velaron sus restos a partir del mediodía. El lugar para despedirla, el Salón de los Pasos Perdidos, fue elegido después de que la presidenta argentina, Cristina Fernández, hablara el viernes con el hijo de la artista, Fabián Matus, para ponerse "a entera disposición" de la familia de la intérprete. No satisfecha con ello, Fernández declaró la jornada de ayer de luto nacional. La incineración del cuerpo de la artista está prevista para hoy.
Cientos de admiradores se acercaron a rendirle el último adiós
Cristina Fernández se apresuró a viajar desde Calafate, donde pasaba el fin de semana, a Buenos Aires para despedir los restos de la cantante, elogiada por otros presidentes, como el de Bolivia, Evo Morales (el ministro de Culturas, Pablo Groux, destacó que Sosa marcó el destino de los "pueblos revolucionarios"); el de Ecuador, Rafael Correa; la de Chile, Michelle Bachelet; y el de Israel, Simón Peres, quien dijo de Sosa que "encarnaba la liberación de Latinoamérica" y que "su personalidad tenía dimensión universal".
A sus mensajes de condolencia se sumaron los de colegas de oficio. "Estoy triste, extraño su canto, su fuerza, su espíritu de lucha... Quisiera como todos poder verla y abrazarla", lamentó la cantante Liliana Herrero, tras conocer la muerte de La Negra Sosa, como era conocida popularmente. En similares términos se pronunció el rockero y amigo íntimo de Sosa Charly García.
Sus últimos díasBolivia, Chile, Ecuador e Israel enviaron mensajes de condolencia
El viernes, todavía lúcida, la artista pidió a su hijo Fabián Matus que no apagara la televisión donde continuamente aparecían noticias sobre su estado de salud. "Déjalo, que a mí me interesa", le instó, según informó la web del diario argentino Clarín. No sólo la televisión convirtió a Sosa en noticia. Tras conocerse su ingreso hospitalario, la web de la cantante (mercedessosa.com.ar) se inundó de mensajes de ánimo. También Facebook y Twitter promovieron cadenas de solidaridad con la intérprete de Alfonsina y el mar.
La dolencia acechaba a Sosa desde hacía tiempo. De hecho, el empeoramiento provocó que cancelara la segunda parte de su último disco, Cantora, en el cual participan músicos como Joan Manuel Serrat, Caetano Veloso y Jorge Drexler , y por el que logró tres nominaciones a los Grammy Latino de 2009.
Sosa comenzó a ser popular en los sesenta, cuando revolucionó la escena argentina con canciones como Zamba al zafrero o Zamba para no morir. Hizo revivir la canción tradicional de Latinoamérica invocando a las emociones profundas y a los valores incorruptibles. Perteneció al Movimiento Nuevo Cancionero, que renovó la canción popular y defendió su espíritu original cuando estaba derivando hacia territorios más comerciales.
Hizo revivir la canción tradicional invocando valores incorruptibles
En los setenta politizó su perfil e hizo suyas canciones de Víctor Jara como Te recuerdo Amanda, y de Violeta Parra, como los himnos Gracias a la vida y Volver a los 17. Sus canciones eran para los pobres, los marginados, los campesinos y obreros. La cantante, prohibida y exiliada durante la última dictadura argentina (1976-1983) se exilió a Francia y después a España, donde tendió puentes con Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina.
Con los más grandesSosa sedujo a referentes musicales de talla internacional, como el fallecido Luciano Pavarotti, con quien cantó en 1999 ante 30.000 espectadores en el estadio de Boca Juniors. También compartió escenario con el desaparecido Roberto Goyeneche, icono del tango rioplatense, con quien grabó un clásico Los mareados. Además, fue invitada a cantar con otras figuras como Sting, Andrea Bocelli, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés o Gal Costa, entre muchos otros.
El viernes, aún lúcida, pidió a su hijo que la dejara verse en televisión
Actuó en el Vaticano en 1994, en representación de las voces de América en un concierto de navidad. La Negra brilló además en dos ocasiones en el teatro Colón de Buenos Aires, donde ofreció el último concierto de esta sala, uno de los principales escenarios de la lírica y la danza del mundo, actualmente en plena restauración.
Sosa también participó en el cine y fue productora musical, actividad que le permitió reunir en los ochenta a la colombiana Leonor González Mina, la venezolana Lilia Vera, la brasileña Beth Carvalho y la mexicana Amparo Ochoa en el espectáculo Sin Fronteras.
A lo largo de su carrera ganó un disco de Platino por Gestos de Amor (1994) y tres Grammy latinos, además de múltiples distinciones internacionales. Para ella, nada en comparación con el dolor de todo un pueblo.
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