Este artículo se publicó hace 15 años.
Madres transmiten sus experiencias sin quererlo: estudio
Por Maggie Fox
Un grupo de investigadores revelóque las mamás transmiten sus experiencias a sus hijos sinsiquiera intentarlo, según un estudio que demostró que losratones bebés podrían heredar los beneficios de "educación" quesus madres recibieron mucho antes de quedar embarazadas.
Esta investigación mostró que la herencia puede ir muchomás allá de las teorías genéticas clásicas, informaron losexpertos en The Journal of Neuroscience.
Los autores hallaron que los ratones jóvenes que crecían enambientes enriquecidos con juguetes y otro tipo de estimulacióntrasladaban sus beneficios de aprendizaje a las crías quetenían más adelante en sus vidas.
"Se pueden heredar en algún grado ciertos aspectos de laexperiencia de los padres", dijo durante una entrevistatelefónica Larry Feig, profesor de bioquímica de la Escuela deMedicina de la Tufts University, en Boston.
"Este es un mecanismo protector que la madre transmite asus hijos", añadió Feig, quien ayudó a dirigir el estudio. "Lamadre es modificada durante meses. Su cerebro cambia como paraque cuando es lo suficientemente adulta como para quedarembarazada el efecto aún esté allí", explicó el autor.
Feig y sus colegas criaron a un grupo de ratones. A algunosde los animales se les diseñaron ambientes "enriquecidos", conruedas, juguetes y otros arreglos.
Los expertos evaluaron el nivel de aprendizaje con unaincómoda "cámara de choque", para condicionar a los roedores atemerle.
Los ratones nacidos de madres criadas en ambientes"enriquecidos" aprendían mucho más rápido que la cámara dechoque era un lugar para temer, reveló el equipo de Feig.
Esto sucedió aún cuando las madres no quedaron embarazadashasta varias semanas después de haber vivido en las cajasespeciales.
CEREBROS DE LOS RATONES
Cuando los investigadores observaron los cerebros de losratones, hallaron cambios claros en lo que se llama lapotenciación a largo plazo, una medición sobre cuán bien secomunican las células nerviosas unas con otras.
Esas variaciones eran heredadas por las crías, aún cuandoellas mismas nunca hubieran visto una rueda o un juguete.
Feig señaló que lo que genera el cambio es un misterio."Probablemente se trate de algún efecto hormonal", añadió.
El aprendizaje y la estimulación aumentarían los niveles dealgunas hormonas y estas cantidades permanecerían elevadasdurante un período de la vida de esos animales y afectarían eldesarrollo fetal.
"Existe mucha evidencia de que durante el desarrolloembrionario los hijos son extremadamente sensibles a las cosasa las que están expuestas las madres", como los alimentos, losquímicos y quizá las hormonas, indicó Feig.
Dean Hartley, experto en neurociencia del Centro Médico dela Rush University, en Chicago, quien trabajó en el estudio,manifestó que el efecto, no obstante, podía funcionar de dosmaneras.
"¿Esto implica que un ambiente sin enriquecer podría tenerefectos perjudiciales", cuestionó.
"Dado que el ambiente puede afectarnos de ambas formas,buena y mala, necesitamos ser cautelosos sobre las exposicionesambientales previas al embarazo", explicó.
Los cambios sólo permanecen por una generación, lo queindica que el ADN no se modifica definitivamente. Losinvestigadores están aprendiendo que el funcionamiento del ADNpuede alterarse sin cambios en el código genético en sí.
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