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Madrid recibe 170 multas al día por botellón

De seguir esta tendencia, la capital acabará con más de 60.000 sanciones en 2009

EUROPA PRESS

La Policía Municipal de Madrid ha impuesto en los primeros siete meses de este año un total de 36.106 multas por consumo de alcohol en la vía pública, es decir, por practicar 'botellón', la quinta parte de ellas (7.302) en el distrito Centro, según datos facilitados a Europa Press por el Ayuntamiento de la capital.

De hecho, al día se ha interpuesto una media de 170 multas.

De seguir esta tendencia, 2009 acabará con más de 60.000 sanciones y se convertirá el año con más botellones frustrados del último lustro, ya que en 2008 se tramitaron 45.082 sanciones, 45.820 en 2007, 38.636 en 2006 y 23.755 en 2005.

Aunque las quejas vecinales y la repercusión social y familiar de este fenómeno juvenil era más elevado a principios de esta década que hoy en día, las multas no han dejado de aumentar desde la entrada en vigor de la Ley Antibotellón en 2002.

Por otro lado, según los datos del Cuerpo de Policía Municipal, ninguna sanción fue interpuesta a menores de edad por beber alcohol en las calles más céntricas de la capital en lo que llevamos de año y sólo 49 en el resto de la capital.

En este sentido, el número de menores multados por ingerir alcohol en la vía pública ha descendido un 49% entre 2005 y 2008, un 96% si se toma como referencia sólo el distrito Centro. Así, en todo 2008 la Policía Municipal impuso 167 sanciones, 183 en 2007, 312 en 2006 y 325 en 2005.

Y es que, a pesar de la percepción general de que el botellón está extendido entre los adolescentes y estudiantes de Educación Secundaria y Bachillerato, la realidad es que la mayoría de que los llevan a cabo esta modalidad ilegal de ingesta son universitarios, veinteañeros y, cada vez más, treintañeros.

De hecho, la edad media de los 'botelloneros' ha aumentado en los últimos años, ya que este fenómeno ha cumplido ya más de una década y muchos de los que comenzaron a practicarla a finales de los 90 continúan ejerciéndola hoy en día.

El distrito Centro es, desde la entrada en vigor de la Ley, el que más multas por botellón acumula. No obstante, los recargos tramitados por la Policía Municipal no paran de aumentar en esta zona. Así, en tan sólo los primeros siete meses de este año se han superado las multas de todo 2008 (6.845) y multiplicado las de 2007 (3.442), 2006 (1.851) ó 2005 (1.593).

Y no sólo ha cambiado la cantidad de sanciones interpuestas, sino también los lugares en los que se practican botellón en el último lustro. Los puntos de encuentro callejero etílico han pasado de la plaza de Dos de Mayo, Moncloa, Génova o Alonso Martínez a la Plaza del Rey, la de Vázquez de Mella y la Plaza de Chueca, al amparo de la llegada de cientos de jóvenes todos los fines de semana al barrio más de moda de los últimos tiempos.

La Plaza de Vázquez de Mella reúne las condiciones de estar cerca del barrio de Chueca y a pocos metros de la Gran Vía. Los viernes y sábados y, cada vez más, los jueves, se ha asentado como lugar imprescindible para todo 'botellonero'. Pese a las multas de 300 euros y la presencia de coches de Policía, los jóvenes se arriesgan haciendo piña con decenas de habituales a esta práctica.

El panorama a la mañana siguiente es más tranquilo, pero la luz del día descubre la suciedad que genera el botellón en la zona. La plaza amanece con desperdicios y botellas vacías, a pesar del trabajo de los servicios de limpieza, tal y como denuncian desde la Asociación de Vecinos de Chueca, que además se quejan reiteradamente de los ruidos -y más en esta época del año, cuando muchos vecinos duermen con las ventanas abiertas- y el mal olor que acompaña a esta práctica.

La Plaza del Rey es otro de los focos de 'moda' del botellón actual. A pesar de estar cerca del Ministerio de Cultura, los jóvenes colocan sus 'minis', hielos y bebidas a veces enfrente de las puertas ministeriales. Muchos se pasan la noche veraniega 'al fresco' bebiendo en la plaza y sin entrar en ningún local.

Además, a escasos metros pueden tomar el 'búho' que les lleva a Cibeles de vuelta a casa. Por pocos euros han acabado con varios litros de alcohol, principal argumento de los defensores de esta práctica, y más en esta época de crisis.

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