Este artículo se publicó hace 15 años.
Magna logra un acuerdo con General Motors, mientras la UE pide a Alemania una solución europea
El fabricante canadiense de componentes de automóvil Magna acordó anoche quedarse con Opel, filial europea de General Motors (GM), con quien Alemania deberá buscar un futuro comunitario y no doméstico, tal y como se comprometió con sus socios de la UE esta tarde.
Magna Internacional, que emplea a 74.000 personas en 25 países, es el tercer fabricante de componentes del mundo, tras la japonesa Denso y la alemana Robert Bosch.
La oferta inicial de Magna, que está estudiando la Cancillería alemana, prevé una inversión propia y del banco ruso Sberbank de 700 millones de euros, de los que una parte estarían garantizados por el Gobierno alemán.
Magna -al igual que Fiat, su única rival para quedarse con Opel- pretende recortar unos 10.00 puestos de trabajo, del total de 52.000, que tiene Opel en varios países europeos (Alemania, Suecia, Reino Unido, Bélgica, Polonia y España), de los que 25.000 corresponden a las plantas germanas, donde está la central.
Debido a que son varios los países de la UE afectados por esta negociación y que el proceso no estaba siendo demasiado transparente, la Comisión Europea convocó esta tarde, de urgencia, a los 27 para tratar el asunto.
Sólo acudieron 18 representantes de los 27 estados, que lograron el compromiso del Gobierno alemán de seguir liderando la negociación con GM con el claro objetivo de lograr una "solución europea".
La cita fue organizada a petición de varios países descontentos por la escasa información facilitada por el Gobierno alemán sobre la marcha de las negociaciones e incluso el miedo de que Alemania diera prioridad a sus cuatro plantas de Opel en detrimento de las de otros países socios.
La ministra sueca de Industria, Maud Olofsson, a su llegada a la cita decía no estar "siendo informada", mientras que a la salida elogió las explicaciones alemanas.
Los socios de la UE acordaron también que los apoyos financieros a la operación de uno o más estados "deben ser estrictamente basados en criterios objetivos y económicos", y no geográficos.
La división europea de GM tiene, además de las fábricas alemanas, dos plantas en el Reino Unido, una en España (en la localidad zaragozana de Figueruelas), otra en Bélgica y otra en Polonia.
También controla en Suecia la marca de vehículos de gama alta Saab, que ya se ha declarado en quiebra.
En cuanto al futuro de la planta española, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, dijo que es "optimista", ya que gracias a los "sacrificios" que hizo en el pasado su productividad es entre un 30 y un 40% superior al resto.
También se mostró esperanzado el ministro belga de Industria, Vicent Van Quickenborne, sobre el futuro de la planta de Amberes.
No obstante, el acuerdo entre Magna y Opel depende de lo que hoy diga la Cancillería alemana, que ha puesto 1.500 millones de euros como tope a los avales que está dispuesto a conceder hasta que la nueva empresa sea viable.
También tiene que dar su visto bueno el Gobierno estadounidense de Barack Obama, que ha puesto a GM como límite el 31 de mayo para que reestructure el 90 por ciento de 27.200 millones de dólares de deuda no asegurada si no quiere enfrentarse a la quiebra.
El Consejo de Administración de GM tiene previsto reunirse en las próximas horas para discutir su situación tras el acuerdo con Magna.
Mientras, el ministro británico de Empresa, Peter Mandelson, cree "casi seguro" que el nuevo propietario de Opel será Magna; mientras que el de Industria italiano, Claudio Scajola, considera, tras la retirada de Fiat, que no será hasta dentro de seis meses cuando se conozca definitivamente.
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