Este artículo se publicó hace 15 años.
Manifestación de mujeres afganas por la controvertida ley
Mujeres afganas protagonizaron el miércoles manifestaciones a favor y en contra de una nueva ley sobre la familia, que los detractores denuncian como un paso atrás hacia la opresión de la era de los talibanes pero que los partidarios aseguran que defiende la justicia islámica.
Separadas por cadenas humanas de policías mujeres, y contempladas por cautos oficiales antidisturbios, los dos grupos se alinearon a las puertas de la nueva mezquita chií de Kabul, construida por un poderoso clérigo que ayudó a redactar la controvertida norma.
que se aplica a la minoría chií que supone un 10 por ciento de la población de Afganistán - ha desatado las críticas de los países occidentales, muchas de cuyas tropas combaten en apoyo del Gobierno afgano.
Los críticos dicen que la ley restringirá la libertad de movimiento de las mujeres, y que algunos artículos podrían interpretarse como una legalización de la violación marital. Los defensores alegan que dará a los oprimidos chiíes su propio código legal familiar por primera vez, y que los críticos han malinterpretado partes de la norma.
"No queremos la ley talibán", rezaba un cartel que llevaba un grupo de unas 50 mujeres que se oponen a la ley. Entregaron una declaración que calificaba la ley como un insulto a su dignidad.
"Es aterrador estar aquí pero no poder siquiera sentarme en mi casa", dijo Halima Hoseini, una mujer de 27 años que participaba en su primera protesta.
"Personalmente no puedo permitir que alguien me represente y ponga artículos en una ley que va contra mis derechos, contra los derechos humanos y me considera, como mujer, un ser humano de segunda clase", añadió.
Pero los opositores a la norma fueron superados por sus defensores. Más de cien mujeres marcharon desde la mezquita gritando "Dios es grande" y con pancartas que defendían la "Justicia islámica".
"Las mujeres que vinieron aquí para manifestarse no saben mucho sobre la ley y no la estudiaron al completo", dijo Qudsia Frotan, una estudiante de 21 años que lideraba a quienes defendían la legislación y que aseguraba que no había ningún parecido con los controles de la era talibán.
"Las leyes de los talibanes son contrarias al islam. Dicen que las mujeres no pueden ir en busca del conocimiento, pero el islam dice que las mujeres deben buscar el conocimiento", añadió.
Un grupo de más de 200 hombres se reunieron, visiblemente molestos, a las puertas de la mezquita, increpando en ocasiones a las mujeres y tirando piedras a las contrarias a la ley.
¿ISLÁMICA O ABERRANTE?
El recorte de libertad de movimiento para las mujeres recuerda a las detractoras a los talibanes, que prohibieron a mujeres y niñas estudiar o trabajar, así como salir a la calle sin un pariente masculino.
Un primer borrador de la ley señalaba que una mujer no podía salir de su casa sin ir acompañada de su marido. Las enmiendas introducidas posteriormente dejaban a las mujeres salir solas para ir al trabajo, al médico o a estudiar.
Entre las cláusulas de la ley está que "una mujer está obligada a satisfacer los deseos sexuales del marido", un punto que los críticos dicen que podría ser usado por el cónyuge para justificar la violación de la esposa.
La ley despertó fuertes críticas de los aliados occidentales del presidente Hamid Karzai, incluido el presidente estadounidense Barack Obama, que la calificó como "aberrante". Desde entonces, Karzai ha ordenado una revisión.
La respuesta occidental ha enfadado a los defensores de la ley.
Los derechos de las mujeres han mejorado de forma significativa en Afganistán desde que fueran derrocados los talibanes en 2001, especialmente en las ciudades, pero Afganistán sigue siendo una sociedad musulmana profundamente conservadora.
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