Este artículo se publicó hace 15 años.
Manifestantes queman fotos de Obama y banderas israelíes en Teherán
Cientos de personas se manifestaron hoy frente a la antigua embajada de Estados Unidos en Teherán, donde quemaron banderas estadounidenses e israelíes y algunas fotos del nuevo presidente norteamericano, Barack Obama.
Convocados por la organización de voluntarios islámicos "Basij", los congregados gritaron eslóganes como "muerte a Estados Unidos y muerte a Israel", y celebraron lo que denominaron "la victoria" de Hamás en Gaza.
Irán recuerda hoy el 28 aniversario del fin de la toma de la embajada de Estados Unidos en Teherán, crisis que rompió definitivamente las tensas relaciones que mantenían ambos países.
Los caprichos del calendario y de la política hacen que la memoria de uno de los incidentes que contribuyeron a transformar la historia de Oriente Medio coincida con la investidura del nuevo presidente de EEUU, Barack Obama, en quien el mundo, incluidos los iraníes, ha depositado sus esperanzas de cambio.
La denominada "crisis de la embajada" comenzó el 4 de noviembre de 1979 y se prolongó durante 444 días.
Aquella templada mañana de otoño, un grupo de estudiantes armados seguidores del ayatolá Rujolá Jomeini asaltaron los edificios de la legación diplomática en el centro de Teherán y retuvieron a 52 personas.
La crisis concluyó el 20 de enero de 1981, escasas horas antes de que jurara su cargo el que sería su sucesor, Ronald Reagan, gracias a un acuerdo de última hora alcanzado un día antes en Argelia.
Desde entonces, ambos países mantienen rotos sus lazos diplomáticos.
El pasado jueves, el actual presidente, Mahmud Ahmadineyad, dejó entrever que Irán estaría dispuesto a entablar una nueva relación con Estados Unidos siempre y cuando el cambio de actitud fuera sincero y profundo.
En la calle, el sentimiento de odio y rabia contra el Gobierno estadounidense está aún muy arraigado, sobre todo entre los sectores más religiosos.
Sin embargo, la sociedad iraní está muy polarizada respecto a su visión de Estados Unidos.
Mientras que en política, un alto porcentaje de la población critica las denominadas "estrategias imperialistas" cocinadas en Washington, socialmente una buena parte de la población ha adquirido hábitos y estilos de vida copiados de occidente.
El propio Ahmadineyad proporcionó una clave la pasada semana cuando ante un grupo de periodistas distinguió entre la administración estadounidense y el pueblo norteamericano.
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