Este artículo se publicó hace 16 años.
Manuel Alejandro confiesa que ha tenido la suerte de toparse "con gente de éxito"
De la inspiración de Manuel Alejandro han nacido más de 500 canciones, y algunas de ellas se encuentran entre las más populares del cancionero español, como el "Qué sabe nadie" de Raphael o "Como yo te amo" de Rocío Jurado, que ahora llevan al compositor a recoger el Premio de Honor de la Academia de la Música.
"Un premio así te recuerda que queda poco por pasar, aunque también te reconoce que el trabajo no ha sido en balde", explica a Efe Manuel Alejandro, cuya extensa trayectoria será distinguida en la ceremonia de entrega de los Premios de la Música, que tendrá lugar el próximo 3 de abril en Valladolid.
Alejandro se define como un "escribidor de canciones", y recuerda el significado exacto del término, que en el diccionario de la Real Academia de la Lengua significa mal escritor: "He tenido la suerte de toparme con gente de mucho éxito o que estaba predestinada al éxito".
Nacido en Jerez de la Frontera (Cádiz) en 1933 y criado entre composiciones de Bach, Brams o Prokofiev, Alejandro heredó de su padre, Germán Álvarez Beigdeber, compositor y director de la banda de música de Infantería, la pasión por la música, que se convirtió en profesión cuando comenzó a encargarse de los efectos sonoros en novelas radiofónicas.
Luego llegó la inspiración, que para este músico está íntimamente relacionada con el trabajo más que del capricho de las musas, aunque "de alguna forma todas las composiciones están provocadas por un sentimiento", explica.
"Yo soy aquel", el tema que le encumbró definitivamente en la voz de Raphael, el artista con quien más a colaborado, nació en 1965 para su esposa, a quien, asegura, todavía persigue, como dice la canción.
Aunque el gaditano ha firmado en solitario letra, música y arreglos de todos sus temas, de los que también ha supervisado su grabación -"a mí nunca me han metido ni una corchea", comenta divertido-, asegura que en estos años de carrera siempre ha buscado un segundo plano, en favor del intérprete.
"Voy a perder la cabeza por tu amor", que firmó para José Luis Rodríguez, "El Puma", es una de las canciones que menos tardó en componer. "Las más difíciles aún están en el tintero", asegura.
De su carrera reconocer haber tenido siempre un pie en América y otro en España, pero "el que tenía en América apenas entraba en España", en una época, la de los años 60, en que las radios "vivían obsesionadas por el rock y la canción de autor y los temas que compuse con éxito para Emmanuel o Jose Jose se consideraban pasados -recuerda-, ahora la tendencia se ha invertido y lo latino triunfa en España".
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