Este artículo se publicó hace 17 años.
"MARÍN. Fotografía 1908-1940", el legado inédito del primer reportero gráfico
Luis Ramón Marín, uno de los primeros fotógrafos que salieron a la calle con la cámara para retratar la actualidad y las noticias desde los primeros años del siglo XX hasta el final de la Guerra Civil, es rescatado por la Fundación Telefónica en la exposición "MARÍN. Fotografía 1908-1940".
Cerca de 18.000 negativos, en su mayoría de cristal, han sobrevivido ocultos para el gran público hasta ahora, a pesar de que su autor, Marín, "reúne todos los requisitos del nuevo profesional que había de revolucionar la prensa escrita", escribe el presidente de la Fundación Pablo Iglesias, Alfonso Guerra, en la introducción del catálogo de la exposición.
Luis Ramón Marín (1884-1944), desde su estudio en la madrileña calle de Santo Domingo, salió a la calle a fotografiar la actualidad del momento y llegó a publicar en prensa cerca de 1.000 imágenes.
Las placas de cristal -los negativos de entonces-, que no utilizó, las guardó en su casa junto a anotaciones y pies de fotos que dan idea de su personalidad de periodista.
Su viuda, Eduarda Plá, fue la persona que guardó el legado de su marido "en un altillo de la cocina" durante el franquismo, y más tarde, en la Transición, su hija Lucía y sus nietos depositaron este tesoro en la Fundación Pablo Iglesias, ha explicado hoy el director de la Fundación Telefónica, Francisco Serrano.
Ramón, uno de los nietos, ha reconocido emocionado que del valor histórico y plástico de "las fotos del abuelo que veíamos al trasluz", han sido conscientes gracias a los responsables de la Fundación Pablo Iglesias, y más tarde, de los comisarios de esta muestra, Rafael Levenfeld y Valentín Vallhonrat.
"Es una lástima que durante ochenta años no hayamos sabido nada de estas fotografías porque hubieran hecho un gran favor a las facultades de Historia, Periodismo o Artes Plásticas", ha subrayado Vallhonrat.
Los comisarios de esta exposición, que incluye 250 fotografías y que puede disfrutarse hasta el 21 de enero de 2008, han explicado que en la restauración y digitalización de la obra de Marín han podido estudiar "a una generación de fotógrafos, no perdida, pero sí olvidada".
Valentín Vallhonrat ha exaltado también "la valentía y el dinamismo increíble" de Luis Ramón Marín, quien, a pesar de tener una minusvalía en una pierna, fue capaz, por ejemplo, de fotografiar a pilotos de aviones desde otro avión, y a pilotos de coches de carreras, desde otros vehículos.
Incluso a través del trabajo de Marín, del que el propio director de la Fundación Telefónica ha afirmado que hasta hace dos años poco o nada se sabía, se ha podido cambiar el epígrafe de "Anónimo" por el de "Marín" en muchas imágenes de la época.
En la exposición de este fotógrafo, al que le gustaba firmar como Marín a secas, podemos acercarnos a los políticos e intelectuales de su época -Alcalá Zamora, Besteiro, Tarradellas o Alfonso XIII y su familia-, como a la Guerra Civil desde Madrid, ciudad en la que el fotógrafo se mantuvo trabajando.
Son impactantes las imágenes de Pardinas, el asesino de Canalejas, o el hambre de la posguerra reflejada en unos niños que comen granos que caen desde un camión.
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