Este artículo se publicó hace 16 años.
Marini prosigue las consultas con los democristianos, que mantienen su ambigüedad
El líder de los democristianos italianos de la UDC, Pier Ferdinando Casini, considerado clave para resolver la crisis de Gobierno, mantuvo hoy su ambigüedad al estar a favor de una reforma del sistema electoral, aunque con la condición de que exista un Gobierno interino de amplio consenso.
Así lo expuso al presidente del Senado, Franco Marini, quien continuó con las consultas encomendadas por el presidente de la República de Italia, Giorgio Napolitano, para saber si existe la posibilidad de reformar la ley electoral y formar un Gobierno institucional que la apruebe.
Marini prosigue así por el "estrecho margen" que el propio Casini reconoció que existe al comenzar las consultas.
"La UDC confirma su consenso sobre una ley electoral (...), pero no está dispuesto en forma alguna a sostener un Gobierno con fuerzas del centroizquierda. Los transformistas, lo que seríamos si lo hiciéramos, son el cáncer de la democracia italiana", dijo Casini tras la entrevista.
Sus palabras ceden el paso al ex primer ministro, Silvio Berlusconi, que se reunirá el martes con Marini y que hasta ahora se ha negado en redondo a la reforma de una ley electoral, a la que se le atribuye el carácter de dar una gran inestabilidad a los Gobiernos.
Berlusconi, y sus aliados de derecha y extrema derecha, presionan en favor de unas elecciones anticipadas, convencidos de que las ganarán.
Según un sondeo publicado por el semanario L'Espresso, la alianza del magnate obtendría alrededor de un 58%, mientras el centroizquierda se quedaría en un 42%.
Pero Berlusconi hace frente en este momento a una gran presión, no sólo política y no sólo en Italia.
Hoy, por ejemplo, los articulistas de dos periódicos de distinta tendencia, el moderado Corriere della Sera y el progresista Repubblica, eran especialmente duros con él.
"Son cada vez más raros los políticos italianos desinteresados que obran sólo en el interés del país, mientras que cunden los políticos que sólo persiguen el interés personal", aseguró el politólogo Giovanni Sartori, quien lo calificaba de "cínico puro".
El columnista Piero Ottone, augura que "en todo caso, Italia saldrá perdiendo si nos espera otro entreacto dominado por un líder que ya no tiene nada que decir, desacreditado en Italia y en el extranjero, rodeado de aliados que ya no lo estiman. Un entreacto protagonizado, más que nunca, por un hombre consumido".
También el semanario británico The Economist le dedica una artículo de opinión en el que señala que "no importa el éxito que ha tenido en sus negocios", Berlusconi "continúa siendo incapaz" para el puesto que codicia".
Entre los apoyos a esa afirmación, destaca el hecho de que Berlusconi haya anunciado la semana pasada que "su primera prioridad será proteger sus propios intereses, haciendo más difícil el uso de las escuchas telefónicas en los procesos judiciales".
La presión también la ejercen otros representantes sociales, como la patronal y los sindicatos, a quien Marini ha citado para el lunes, un día antes de su entrevista con Berlusconi.
El margen de maniobra de Marini se ha abierto hoy un poco, ya que el Partido Demócrata exige que, si no se logra la reforma electoral, se celebre el referéndum sobre este asunto programado para abril y promovido, en su día, por todas las fuerzas políticas.
Aunque es difícil que el presidente del Senado intente esa vía, el Partido Democrático busca dejar sólo a Berlusconi, ya que fue prácticamente el único que no lo avaló, y desautorizar a sus aliados, que tendrían que desdecirse de su palabra.
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