Este artículo se publicó hace 16 años.
Martín Garzo se reivindica como escritor de cuentos y propone el regreso a los mitos
Gustavo Martín Garzo, que acaba de publicar la novela "El jardín dorado" (Lumen), se ha reivindicado hoy como un escritor de cuentos y ha observado la necesidad de volver la mirada al mundo de la mitología para que el hombre pueda reencontrarse con "algunas de las grandes cuestiones de la vida".
El dolor, la muerte, el destino y el azar son "algunas de las grandes preguntas que nos constituyen como hombres" y que se encuentran dentro de la mitología griega, ha explicado hoy a Efe el narrador vallisoletano a propósito de su última novela, que ha definido como "una reivindicación" de todo ese mundo.
"No está de más volver nuestros ojos a esas historias que han acompañado al hombre desde el principio de los tiempos y que hemos dejado atrás muy fácilmente. Resulta trágico que prescindamos de ellas. Es un lujo que no nos podemos permitir", ha explicado el autor, recientemente galardonado con el Premio Castilla y León de las Letras.
En "El jardín dorado", Martín Garzo (Valladolid, 1948) recrea el mito del Minotauro y del laberinto, "un cuento de hadas para adultos, lleno de momentos duros y tremendos", cuyo protagonista "persigue el encuentro de un lugar maravilloso, de plenitud y de esplendor", según sus palabras.
La última entrega literaria de quien acumula entre otros galardones el Nacional de Narrativa (1994), el Nadal (1999) y el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil (2004), representa un "regreso relativo al entorno mitológico de sus primeros libros, caso de "El lenguaje de las fuentes" (1994), después de dos novelas más apegadas a la realidad y un ensayo.
No obstante, ha aclarado Martín Garzo, la "dimensión fantástica siempre está presente en cualquiera de mis libros, incluso en mis novelas más realistas".
En ese contexto ha inscrito "El jardín dorado", donde el autor de obras como "Las historias de Marta y Fernando" (1999) o "Los amores imprudentes" (2004), se reencuentra "con un mundo que es el mío, el de la mitología griega", donde se habla de una historia "que ha obsesionado al hombre a lo largo del tiempo".
Frente a los mitos de origen bíblico, que ya abordó hace quince años en "El lenguaje de las fuentes", ahora afronta los de la cultura griega, cuyas historias "giran en torno al deseo y a la vida".
Al reivindicar ese territorio, Martín Garzo ha parafraseado al poeta Salvatore Quasimodo (1901-1968) al recordar cómo "los grandes mitos han sido los protectores del pensamiento", siempre "se han situado en el origen de todo lo que importa" y en el caso de Grecia "precedieron a toda su filosofía", ha puesto como ejemplo.
En la misma reivindicativa y al enmarcar su última novela, ha asignado a la literatura "la función de adentrarse en el corazón humano, de ocuparse de nuestros sueños y anhelos".
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