Este artículo se publicó hace 16 años.
Martinsa es la segunda inmobiliaria en bolsa que solicita concurso de acreedores
Martinsa se ha convertido esta noche, después de Aisa, en la segunda inmobiliaria cotizada en bolsa que solicita el concurso de acreedores por la crisis que vive el sector.
La solicitud de suspensión de pagos de Aisa fue presentada por la aseguradora Asefa y fue denegada el pasado 25 de junio.
El auditor de la inmobiliaria, que tiene suspendidas sus acciones por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), no quiso respaldar sus cuentas que arrojaban unas pérdidas de 138 millones de euros en 2007.
Martinsa se dio a conocer cuando en marzo de 2007 compró la inmobiliaria gallega Fadesa a 35,70 euros por acción, lo que suponía valorar la compañía en 4.045 millones de euros, de los que 2.209 millones fueron ingresados por el entonces primer accionista Manuel Jove.
Aquella operación permitió a la compañía de Fernando Martín cotizar en bolsa y ganar peso internacional, gracias a la presencia de Fadesa en Portugal, Marruecos, Rumanía, Hungría, Polonia, Francia y México, pero al mismo tiempo le acarreó una deuda que a día de hoy asciende a 2.579 millones de euros.
Ese importe se suma a los otros 2.521 millones de euros que debe la compañía, de los que 1.422 millones a la deuda operativa a corto plazo y 1.100 millones corresponden a los préstamos destinados a la actividad promotora.
El peso de la deuda, unido al empeoramiento del mercado inmobiliario desde el verano de 2007, obligó a Martinsa-Fadesa a renegociar con sus acreedores las condiciones para no tener que afrontar sus obligaciones de pago.
Tras meses de negociaciones, el pasado 25 de marzo Martinsa-Fadesa logró que todos sus acreedores accedieran a renegociar su deuda, aunque hasta el 7 de mayo la inmobiliaria no formalizó el contrato con un sindicato bancario formado por 45 entidades.
Los últimos en adherirse al acuerdo fueron los fondos internacionales, que seguían optando por el cobro de lo que se les adeudaba, mientras que el resto de acreedores -encabezados por Ahorro Corporación Financiera, La Caixa, Caja Madrid y Morgan Stanley- ya habían dado su conformidad a la refinanciación.
Por medio de ese contrato, la inmobiliaria consiguió refinanciar 4.000 millones de euros de una deuda total de 5.100 millones a devolver a partir de 2011, plazo prorrogable por dos años mas, aunque el primer pago de intereses vence en diciembre de 2008.
El acuerdo implicaba también el compromiso por parte de Martinsa-Fadesa de fortalecer sus recursos propios por valor de 350 millones de euros antes de que acabe 2008, una operación que la compañía tenía previsto realizar mediante una oferta pública de suscripción de acciones (OPS), que de momento está aplazada a la espera de que mejoren las condiciones del mercado.
Así se decidió en la junta general de accionistas del pasado 27 de junio, en la que el presidente de la compañía, Fernando Martín, reconoció que el deterioro del mercado inmobiliario obligaría a los gestores de Martinsa-Fadesa a tomar medidas con altos costes sociales para garantizar el futuro de la empresa.
En este sentido, la inmobiliaria negocia con los sindicatos un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que podría suponer unos 275 despidos en las sedes que tiene en España, aunque hasta mañana no se conocerá el número definitivo de trabajadores que se verán afectados.
En cuanto a sus resultados empresariales, Martinsa-Fadesa registró unas pérdidas de 85,1 millones de euros en los tres primeros meses del año, frente al beneficio de 412,9 millones del mismo periodo de 2007, debido al mayor coste financiero consecuencia de la opa.
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