Más de 100.000 taiwaneses celebran la llegada del Año Nuevo con un espectáculo naval de la compañía española La Fura dels Baus, al que asiste el mismísimo presidente taiwanés, Chen Shui-bian.

El puerto de Kaohsiung, quinto del mundo en tráfico de mercancías, acogió al Naumon, el barco de La Fura, para presentar su naumaquia sobre el encuentro de la Tierra y el Mar, los descubridores y los descubiertos, en senderos navegados por españoles tan ilustres como San Francisco Javier.

La segunda ciudad de Taiwán rivaliza así en las celebraciones del final de año con la capital, Taipei, donde cientos de miles de personas se agolpan en centenares de metros a la redonda del edificio más alto del mundo, el 101, para dar la bienvenida a 2008.

Las acrobacias, poesía, música y una colorida escenografía plástica de La Fura dels Baus y un espectáculo musical con primeras estrellas de la canción en chino compiten así con los legendarios fuegos artificiales del 101.

Kaohsiung, bajo el control político del independentista Partido Demócrata Progresista (PDP), celebra también el inicio de la campaña de preparación de los Juegos Mundiales 2009, y por eso invitó a La Fura para servir así de espectáculo de inauguración.

"Kaohsiung está construyendo un estadio olímpico con capacidad para 40.350 personas y ha drenado un lago artificial para los Juegos Mundiales", explicó a Efe un portavoz del gobierno municipal, Cathy Wu.

La llegada del barco de la Fura, que sufrió una pequeña colisión en Singapur, ha costado unos dos millones de euros (unos 3 millones de dólares), pero el público de Kaohsiung considera que ha valido la pena.

"Nunca habíamos visto un espectáculo tan original", dijo Chen Ween-hsiung, un empresario de Kaohsiung, que asistió a la presentación "furera".

Un total de 80 taiwaneses y 24 miembros del grupo catalán participaron en el espectáculo, en este primer viaje del Naumon a Asia.

Para Carlos Padrissa, director de la naumaquia Matria Tetralogía Anfibia, la representación recuerda a 'Os Lusiadas' del portugués Luis de Camoes, obra que se inspira en la primera expedición al Oriente de Vasco de Gama, y en la que aparece una isla paradisíaca, regalo de Venus a los navegantes, en su camino de regreso a Lisboa.

"Los españoles y portugueses llegaron a estos lugares, como llega el Naumon en un encuentro de los que navegan desde el mar y los que están enraizados en la tierra", señala Padrissa.

En esta ocasión Matria incluyó música aborigen de Taiwán, para facilitar la identificación con el público isleño.

Para Padrissa, el mensaje de La Fura es "hablar del norte y del sur, de la dualidad del hombre, de un ecologismo integral y no unidimensional, de que todos estamos en el mismo barco: la Tierra".

"En estos tiempos, el camino hacia el arte pasa por lo étnico, por lo instintivo", señaló el representante de la Fura, muy interesado en la música aborigen taiwanesa, que ha servido a grupos musicales como Enigma para componer obras difundidas por todo el mundo.

"Es un espectáculo de marionetas cósmicas. Los principales actores son dos gigantes y dos personajes fundamentales: uno, Tamor, que representa el hombre como viajero, encarnándose en él la metamorfosis de las edades, de los sexos y de las razas", apuntó el director de la obra.