Este artículo se publicó hace 15 años.
Más evidencia de que el café y té podrían prevenir la diabetes
Beber café o té, cualquierasea la elección, reduce el riesgo de diabetes, según unarevisión de 18 estudios realizados sobre miles de personas.
Una revisión en el 2005 había concluido que los grandesbebedores de café eran un tercio más propensos a desarrollardiabetes que los que pequeños consumidores, señaló el equipo dela doctora Rachel Huxley, de The University of Sydney, enAustralia.
Desde entonces, la cantidad de estudios sobre el consumo decafé y el riesgo de desarrollar diabetes "se duplicó", mientrasque otras investigaciones sugirieron que el té y el cafédescafeinado tendrían efecto preventivo.
Para actualizar las evidencias, el equipo analizó 18estudios sobre consumo de café, café descafeinado y té y elriesgo de diabetes tipo 2, publicados entre 1966 y el 2009. Entotal, incluyeron una cohorte de 458.000 personas.
La diabetes tipo 2, que está asociada con la obesidad,afecta al 8 por ciento de la población en Estados Unidos, segúnel Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas yRenales de Estados Unidos.
Por cada taza extra de café por día que habían consumidolos participantes, el riesgo de diabetes había disminuido un 7por ciento.
En los seis estudios sobre consumo de café descafeinado, elequipo halló que los consumidores de más de tres a cuatro tazasdiarias tenían un 36 por ciento menos riesgo de desarrollardiabetes.
En tanto, en siete estudios sobre ingesta de té y riesgo dediabetes, los bebedores de más de tres a cuatro tazas por díatenían un 18 por ciento menos de riesgo.
La nueva revisión podría haber sobrestimado el efecto deesas infusiones en el riesgo de diabetes debido a cuestionesestadísticas de los estudios más pequeños, aclaró el equipo.
Es imposible concluir de las evidencias disponibles si losgrandes consumidores de café (té y café descafeinado) no poseenotras características protectoras, como una dieta mássaludable.
El hecho de que los efectos aparecieran con la versióndescafeinada y con el café y el té regulares sugiere que siesos efectos son reales, no se pueden atribuir sólo a lacafeína.
Los beneficios de estas infusiones responderían también aotras sustancias, como el magnesio, lignanos (sustanciasquímicas similares al estrógeno presentes en las plantas) oácidos clorogénicos, que son antioxidantes que retrasan laliberación del azúcar en la sangre después de comer.
El equipo sostiene que se necesitan ensayos clínicos parainvestigar si estas infusiones ayudan realmente a prevenir ladiabetes.
Si es así, los profesionales de la salud podrían comenzar arecomendarle a los pacientes con riesgo de desarrollar diabetesque hagan actividad física, adelgacen y consuman té y café.
FUENTE: Archives of Internal Medicine, 14/28 de diciembredel 2009
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