Este artículo se publicó hace 15 años.
«Soy más partidario de los incentivos que de los castigos»
El secretario general de Universidades sostiene que el abandono y el fracaso lastran los presupuestos
Un 30% de los alumnos deciden después de dos años en la facultad que se han equivocado de camino y lo dejan. Se trata de un dato estadístico sostenido desde hace una década difícil de asumir para el Gobierno, acusado de invertir menos que el resto de Europa en Educación mientras la ineficacia económica de la universidad aflora en los informes. El secretario general de Universidades, Màrius Rubiralta, explica las estrategias que seguirá el Gobierno para que la próxima reforma de la financiación de las universidades mejore dos elementos que lastran cada presupuesto: el abandono y el fracaso.
El informe del profesor Juan José Dolado dice que cada año se van al limbo 3.300 millones de euros ¿Es un cálculo acertado?
Conozco su opinión y de hecho es una voz del consejo asesor para el modelo de financiación de la universidad. Pero sus cálculos, como los de [Emilio] Botín [presidente del banco Santander] que dijo que el coste del fracaso asciende al 0,75% del PIB, no tienen en cuenta que la universidad tiene gastos indirectos de mantenimiento, docencia, investigación... Dividen el presupuesto entre los alumnos y sólo eso no sirve para ver el coste global.
¿Por qué el 70% del alumnado dedica más años de los previstos a sus estudios?
Hay alumnos que por diversos motivos, como compartir su formación con un trabajo, no pueden dedicar todo su talento al estudio. Es fundamental mejorar el sistema de becas. Un alumno que recibe una beca de 200 euros mensuales necesita trabajar para obtener un verdadero sueldo. Son esas ayudas, las que son un sueldo, las que hay que potenciar.
¿Se refiere al tipo de becas como los préstamos renta de los nuevos máster oficiales?
Hay que dejar claro que en España las becas no salen de un presupuesto en el que se da hasta donde llega. Las becas para estudiar un grado son un derecho que tienen absolutamente todos los que cumplan los criterios. Para los máster profesionalizadores, como el necesario para ser profesor o abogado, hay que utilizar el mismo criterio.
Algunas propuestas piden un aumento en el precio de las matrículas para los alumnos que suspendan.
Algunos países europeos han ido por ese camino. Yo soy más partidario de los incentivos que de los castigos. Está demostrado que los incentivos funcionan mejor. En otros países europeos los alumnos que obtienen un buen rendimiento académico no tienen que devolver el dinero del préstamo.
¿El dinero invertido en ese 30% de alumnos que se va a los dos años es un dinero perdido?
Un alumno que a los dos años de estudiar Matemáticas se cambia a Física no ha perdido formación. Y además, estamos viendo desde las estadísticas de las homologaciones de las universidades a distancia, sobre todo la UNED y la UOC, que muchos de esos alumnos deciden pasar de las facultades presenciales a estas. Son alumnos a los que les viene mejor el ritmo de los estudios a distancia. Vamos a atacar la raíz del problema de los estudiantes que se dan cuenta en el segundo año de que se han equivocado. Por eso hemos creado una dirección general que se basa en la orientación a través del observatorio de universidades.
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