Este artículo se publicó hace 15 años.
"Estamos más pendientes de defendernos a nosotros mismos que a los afganos"
El jefe militar de la OTAN en Afganistán asegura en un informe que la pérdida de comfianza de los civiles les puede llevar a la derrota
EEUU no ve un final feliz en la guerra de Afganistán. El general Stanley A. McChrystal, que dirige las operaciones de la OTAN en el país, advirtió al Departamento de Defesa de que si no recibe más tropas, la misión no puede desarrollarse con garantías de la derrota de los talibanes. McChrystal, además, avisa sobre la victoria de Karzai, dejando caer que la corrupción es tan peligrosa como los propios talibanes. En una parte del informe, el general es realista: las fuerzas de la OTAN han perdido el apoyo de los afganos y eso implica que así "somos nosotros mismos los que podemos derrotarnos".
McChrystal saca todas estas conclusiones en un informe interno desvelado esta mañana por The Washington Post. Tras la destitución del anterior jefe militar, David McKiernan, debía hacer una evaluación de la situación real de la misión de EEUU y la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF). En él, el general estadounidense deja claro que sin contar con más tropas de manera inmediata, no se puede vencer la guerra. "Doblegar la ventaja de los talibán a corto plazo, mientras madura la capacidad de la propia seguridad afgana, implica el riesgo de no poder ganar nunca a la insurgencia afgana", dice en el informe.
E incide en la idea de que una "rápida y genuina estrategia contrainsurgente" no es posible sin refuerzos militares. Pese a todo, McChrystal sostiene que "el éxito aún es asequible". Desde que Obama anunciara su nueva estrategia para Afganistán, los mandos militares han insistido en la necesidad de enviar más tropas, con la negativa de casi todos sus socios europeos. La presión de la opinión pública por la sangría de muertos está poniendo en el disparadero a la mayoría de los Gobiernos con militares desplazados en Afganistán.
La corrupción de KarzaiLo que resulta un tanto novedoso es el toque de atención de McChrystal sobre el Gobierno de Karzai. Tras la primera fase de las operaciones en la que los talibanes fueron obligados a replegarse, EEUU propuso a Hamid Karzai, actual presidente, como la persona ideal para gobernar el país. Tras el paso de los años, la corrupción en el poder ha sido la tónica habitual, despertando las primeras críticas por parte de Occidente.
Para el jefe militar, "la corrupción oficial es una amenaza tan grande como los propios talibanes para la misión de la ISAF". Aunque aclara que "la debilidad institucional, la maldad de algunos intermediarios del poder, la corrupción, el abuso de poder de altos funcionarios y los propios errores de la ISAF han dado pocas razones a los afganos para apoyar a su Gobierno".
McChrystal advierte de la influencia del Mulá Omar en la toma de decisiones del Gobierno afganoAunque también apunta a otro tipo de Gobierno como responsable de la situación. McChrystal advierte de que el "Gobierno en la sombra" del mulá Omar es la principal organización que capitaliza las debilidades gubernamentales. "Nombra gobernadores en la sombra para casi todas las provincias, revisa su gestión, los sustituye periódicamente, ha establecido un mecanismo para recibir quejas contra sus propios 'funcionarios' y actuar contra ellos, ha instituido la ley islámica (sharia) con tribunales que actúan expeditivamente en zonas en disputa y controladas (por ellos)".
También añade el informe "cobran tasas y reclutan combatientes y empleados. Se atribuyen la protección frente a la corrupción gubernamental, las fuerzas de la ISAF, la criminalidad y los poderes locales. También reivindican la defensa del islam y la identidad afgana frente a la invasión extranjera".
Sin apoyo de los civilesMcChrystal también hace una reflexión interesante: la pérdida de la confianza de los afganos en su misión. "Hemos operado de una manera que nos ha distanciado -físicamente y psicológicamente- de la gente a la que teníamos que proteger. Los insurgentes no pueden derrotarnos militarmente, pero nosotros si podemos derrotarnos a nosotros mismos".
La ISAF está más pendiente de defenderse a sí misma que de defender a los afganos"La mayor debilidad de la ISAF es que no ha defendido con agresividad a los propios afganos, más preocupados por defender a sus propias fuerzas", añade.
McChrystal no ahorra críticas al desconocimiento de las tropas internacionales de las dinámicas internas del país y asegura que la ISAF ha centrado sus esfuerzos de inteligencia en cómo atacar a los insurgentes, lo que ha dificultado el entendimiento y comprensión de aspectos claves de la sociedad afgana.
Sobre los prisioneros de guerra, el general considera que las "prisiones se han convertido en santuario y bases para conducir operaciones letales" contra el Gobierno y las fuerzas internacionales.
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