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Más de veinte estrenos en España en las bodas de plata del Festival de Otoño

EFE

El Festival de Otoño celebra, del 13 de octubre al 16 de noviembre, sus bodas de plata con más de veinte estrenos en España, rindiendo homenaje a sus "clásicos innovadores", como Peter Brook y Pina Bausch, e incidiendo en las propuestas más punteras que ha ido introduciendo en España estos últimos años.

Ariel Goldenberg, director del Festival de Otoño, ha seleccionado una programación con los criterios fundacionales de este evento: propuestas eminentemente europeas -el festival fue creado por la Comunidad de Madrid con motivo del ingreso de España en la UE-, con el acento en lo teatral y con exigencia de calidad.

"Hemos recuperado un espectáculo emblemático del festival, como fue el musical 'Sweeney Todd. El barbero diabólico de la calle Fleet' que dirigió Mario Gas; y mantenemos a artistas clásicos de esta cita, como Pina Bausch o Peter Brook", afirma a Efe Ariel Goldenberg, que cumple su novena edición al frente del festival.

Vuelven directores de escena de referencia como el polaco Krystian Lupa, que recrea el estudio de creación de Andy Warhol en un espectáculo de siete horas; y su alumno Krzysztof Warlikowki, así como Robert Lepage e Irina Brook, además de los dos montajes que estrena en España Luc Bondy.

También repiten artistas menos conocidos pero con gran prestigio en Europa, "aperturas" que el Festival de Otoño ha intentado en los últimos años, como Alain Platain, el coreógrafo belga que dirige Les Ballets C de la B., y que presenta "Pitié" en Matadero de Madrid, una obra recién estrenada.

Y es que, a juicio de Goldenberg, Bélgica vive una "eclosión" artística, constatada en todos los festivales y teatros internacionales, que intenta responder a las demandas y las angustias de los espectadores contemporáneos.

"Las innovaciones en los últimos años en las artes escénicas han venido por la irrupción de una mezcla de todas las artes y con las herramientas tecnológicas de comunicación. Por ahí vendrán los grandes cambios y las relecturas de los grandes clásicos", apunta el director del festival.

Otro caso de creadores de referencia introducidos en España por el festival es Heiner Goebbels, compositor y director de escena que presentará dos espectáculos, uno de ellos, "I went to the house but did not enter" (Fui a la casa pero no entré), estrenado en el Festival de Edimburgo y en el que no hay actores, sólo una maquinaria.

"La programación es una constelación estrellas y una vía láctea para divertirse", según el director del festival, quien no pierde la oportunidad para citar otras propuestas atractivas para el gran público como "Les Ballets Trockadero de Monte Carlo", que parodian travestidos el ballet clásico.

Otras citas atractivas son: "Sutra", un espectáculo del coreógrafo belga Sidi Larbi Cherkaoui con los monjes del Templo de Shaolin; "Miradas de circo", con malabaristas, acróbatas o escapistas del Circo Gran Fele y el regreso de la danza butoh, un arte contemporáneo japonés.

"Hemos anclado el festival para que nadie lo ponga en duda, aunque la reflexión está abierta sobre cómo tienen que ser los próximos 25", explica Ariel Goldenberg, quien cree que las recetas de futuro son conservar la exigencia artística; mejorar los espacios escénicos y responder a las expectativas del público.

En este sentido, añade: "si logramos, aunque sea modestamente, explicar el mundo en que vivimos y, al mismo tiempo conservar un carácter festivo, pienso que el festival tiene una perspectiva enorme".

Sobre los espacios en los que se despliega el festival (en total 27, desde la Sala Cuarta Pared al Teatro María Guerrero), se congratula por las nuevas infraestructuras de la capital.

"El Matadero lo estamos utilizando desde hace varios años y -prosigue- a partir de 2009 espero que ocurra lo mismo con los Teatros del Canal", que "van a ser una herramienta de trabajo muy valiosa y evitarán muchas de las limitaciones actuales para invitar cierto tipo de espectáculos".

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