El Barcelona quería al deportivista Felipe Luis, pero se topó con la fama de duro negociador de Augusto César Lendoiro, y Maxwell Scherrer Cabelino Andrade, (Cachoeiro de Itapemirim, Brasil, 27 de agosto de 1981), fue finalmente el elegido para cubrir la vacante dejada por su compatriota Silvinho en el lateral izquierdo.

Era el 15 de julio de 2009 cuando el Barça llegó a un acuerdo con el Inter de Milán para fichar a Maxwell por 5 millones de euros aprovechando las negociaciones que entonces mantenía con el club italiano por Zlatan Ibrahimovic, que además compartía con Max a Mino Raiola como representante.

Setenta y cuatro partidos, tres goles, diez títulos y dos años y medio después Raiola se lo ha llevado al PSG, que pagará al Barça 4 millones de euros.

Maxwell, que en su primera temporada jugó 32 partidos e incluso le disputó la titularidad a Abidal en el carril izquierdo, hace tiempo que no se sentía una pieza importante en el equipo de Pep Guardiola.

En su segunda temporada, las molestias en el pubis le impidieron mantener el nivel de su primera campaña. Y, a partir de entonces, su rendimiento cayó en picado.

El buen momento de Abidal, la irrupción de Adriano como lateral de garantías y el 3-4-3 al que Guardiola viene recurriendo cada vez con más asiduidad han acabado por otorgarle un papel secundario.

El propio Maxwell fue a hablar con Guardiola para pedirle que le dejara marchar, que con 30 años tenía ante sí la posibilidad de firmar el último gran contrato de su carrera, jugar en un club en progresión y vivir una de las mejores ciudades de Europa.

El técnico del conjunto azulgrana, a quien Max jamás le ha dado un solo problema, le dio vía libre para negociar su futuro mientras le agradecía los servicios prestados.

El brasileño, uno de esos futbolistas cuya profesionalidad está fuera de toda duda, también puso su granito de arena para que el Barça conquistara dos Ligas, tres Supercopas de España, dos Supercopas de Europa, una Liga de Campeones y dos Mundiales de Clubes.