Este artículo se publicó hace 15 años.
La mayoría de los bancos ya se ha recuperado en bolsa
Las cotizaciones se hundieron tras la quiebra de Lehman
Si un banco centenario, de prestigio y con la calificación de máxima solvencia podría desaparecer de la noche a la mañana, ¿cualquiera podía ir detrás? Nadie se paró a analizar que, tal vez, Wells Fargo, Bank of America, e incluso Santander o BBVA podrían no estar tan mal como Lehman Brothers. Todo lo contrario, no hubo piedad. La bolsa se mueve por impulsos y no por reflexiones y, en aquellos días, lo único que impulsó a los mercados fue el pánico.
La sangría más visible fue la de los índices bursátiles. Desde ese día hasta el 9 de marzo de 2009, el valor de los bancos cayó en picado. Entidades de rancio abolengo cómo Citigroup vio como sus acciones pasaban de valer 23 euros en octubre de 2008 a ser casi gratis, 1,02 dólares, en marzo de 2009. Bank of America pasó,en el mismo período, de 38 dólares a 3,14. En Europa, el impacto fue similar. Uno de los lores de la banca inglesa, Barclays pasó de valer 4,9 euros a 0,5 euros.
Incluso, la banca española, ajena los productos estructurados complejos que mataron a Lehman, también tuvo su castigo. Santander llegó a reflejar un valor por acción de 4 euros en marzo, desde los 10,8 euros de seis meses antes. No sólo las bolsas se hundieron, el resto de mercados también. Se paralizó el crédito mundial, la renta fija, las materias primas Todo quedó congelado.
El primer halo de vida llegó tras la puesta en marcha de las medidas impulsadas por la Administración de Obama. "El nuevo equipo de la Casa Blanca dejó claro que estaban dispuestos a inyectar todo el dinero que hiciera falta. Eso empezó a calmar el miedo", asegura David Pingarrón, analista de MG Valores.
Todos los gobiernos imitaron al Tío Sam y salieron al socorro de su sistema financiero. Y eso animó a los mercados porque, aunque no lo parezca, hasta una idea puede hacer maravillas en la bolsa. El anuncio del secretario del Tesoro estadounidense de que se iba a crear un banco malo que absorviera todos los activos tóxicos fue suficiente para recargar parte de la confianza perdida. "Suecia lo había hecho en la crisis de los años noventa y el resultado fue excelente. Así que todo el mundo estaba encantado", explica Pingarrón.
Con la intención es suficiente¿Alquien sabe que ocurrió con aquella promesa? Pues que el viento se la llevó. ¿A quién le importa ya? En su momento dio un gran impulso a las bolsas. El siguiente empujón llegó tras la publicación de los resultados del primer trimestre de los bancos.
"La bolsa sólo tiene dos estados y en ese momento ya tocaba euforia"
Todos mejores de lo esperado. Pero que nadie piense que habían hecho sus deberes con tanta celeridad. El cambio se debió a otro regalo de las autoridades. Se cambiaron las normas de contabilidad y se permitió a los bancos abandonar la obligación de valorar los activos a precio de mercado. Todo un respiro tras la caída de los precios de la vivienda, ya que muchos de sus activos era inmobiliarios.
El último gran impulso de la Administración Obama fue el llamado stress test. Algo así como un examen para ver si los bancos tenían la fortaleza suficiente para sobrevivir a los próximos años. Y el resultado fue positivo. "Hubo muchas presiones para que eso fuera así, pero la bolsa sólo tiene dos estados y en ese momento ya tocaba euforia", asegura Pingarrón. Y tanto, el rally alcista desde el mínimo del 9 de marzo casi da vértigo. El Ibex se ha revalorizado un 67,7% y ya está en niveles superiores a la caída del coloso. Santander ha recuperado un 168% de su valor; Citi un 364% y Barclays más del 600%, por citar sólo algunos ejemplos.
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