Este artículo se publicó hace 16 años.
"Me dan 616 euros al mes y puedo vivir con dignidad"
Isabel, de 60 años y natural de Barakaldo, percibe esta ayuda desde 2000
Llega justo a fin de mes, pero llega. La calidad de vida de Isabel Hernández (nombre ficticio), de 60 años y natural de Barakaldo (Vizcaya), depende desde hace ocho años de la Renta Básica. "Me dan 616 euros al mes, y está bien porque me permite vivir con dignidad", afirma.
Su vida no ha sido fácil, y ahora que cuenta con esta inyección económica para salir adelante teme perderla algún día. "Escucho el telediario y dicen que hay crisis. No sé, antes las cosas estaban bien, había bonanza, pero ahora me da miedo que aumente mucho el paro y se acabe al final el dinero en la Administración para poder atender a toda la gente necesitada", dice.
Según explica, por su edad, su estado físico y su escasa formación académica le resulta muy difícil encontrar un trabajo, ni siquiera uno mal remunerado: "Hay muchas mujeres que se está partiendo el lomo trabajando en la limpieza por 800 euros, y claro... Es poco".
Es su forma de poner el dedo en la llaga sobre lo que tantas veces suele denunciar el Gobierno vasco: la "picaresca" que se da con las ayudas de Renta Básica. El Ejecutivo calcula que el 15% de las personas que se benefician de éstas en la actualidad puede hacerlo de forma fraudulenta, por lo que exige a los ayuntamientos y las diputaciones que agudicen los controles.
Isabel no defiende esa "picaresca", pero sabe que "existe" y la comprende por las malas condiciones del mercado de trabajo. "Hay gente que está recibiendo una ayuda de más de 700 euros y sabe que en el empleo que puede encontrar le van a pagar 800 como mucho y, además, va a perder la Renta Básica. Pues, así, para ganar 100 euros trabajando, hay gente que prefiere quedarse en casa y vivir de la ayuda sin trabajar", reconoce Isabel.
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