Este artículo se publicó hace 15 años.
"Me han robado un año de mi vida"
Santiago Edu Mokuy, inmigrante de 25 años de Guinea Ecuatorial, encarcelado por vender en el top manta
Santiago Edu Mokuy, inmigrante de 25 años de Guinea Ecuatorial, repite las dos cifras que atormentaron su vida en mayo de 2008: 139 y 360. La primera se refiere al número de CD y DVD piratas que llevaba en la mochila cuando le detuvo un policía de paisano en Murcia; la segunda, a los días que pasó en prisión tras aquel arresto.
El juez le condenó a un año de cárcel y cuatro meses de multa económica 480 euros por delitos contra la propiedad intelectual. Su hermana pequeña, también sin papeles, trabajó como manipuladora de alimentos, reunió el dinero y evitó que el encierro alcanzase los 16 meses. Santiago salió de prisión el pasado 29 de mayo. "Me han robado un año de mi vida sin haberle hecho daño a nadie", lamenta ahora.
"La cárcel es muy dura y pedí cuatro veces que me echasen del país [la expulsión es la alternativa legal a la prisión], pero no me hicieron caso", denuncia. Los peores momentos los vivió en el penal de Sangonera la Verde (Murcia), donde pasó un mes y medio. El resto de la condena la cumplió en Monterroso (Lugo).
La llegada de Santiago a España fue especial. Aterrizó en Murcia para ser operado de una pierna, tras recibir un disparo accidental de un compañero en una academia militar de Guinea Ecuatorial. Los médicos de su país no pudieron reparar los destrozos que causó su rifle Simonov y le trasladaron al Hospital Reina Sofía de Murcia.
La rehabilitación la alternó con la venta de CD y DVD "para poder comer", recuerda. Hasta que fue detenido. Cuando entró en la cárcel, le faltaba un mes para poder regularizar su situación por arraigo social. Esta posibilidad se concede a los inmigrantes en situación irregular que demuestran que han residido en España durante los tres últimos años. Se les considera integrados, aunque no tengan papeles.
Ahora, Santiago no podrá regularizar su situación hasta dentro de dos años, cuando caduquen sus antecedentes penales. Estar limpio es una de las condiciones sine qua non del Gobierno. "Al no expulsarme, vivo en un limbo legal. Para ganarme la vida sólo puedo robar, vender droga, trabajar en el mercado negro o mendigar", explica. "Pero no lo voy a hacer. Soy joven y aún tengo fuerzas. Quiero vivir como cualquier otra persona. Si pudiese irme, me iría, pero no puedo porque tengo las manos vacías".
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