Arturo Valls (Valencia, 1975) se siente igual de cómodo haciendo de presentador que de actor. Tras haber protagonizado la primera temporada de la serie BuenAgente (La Sexta), Valls se incorporará a la tercera etapa de la ficción Museo Coconut (Neox) y mañana inicia la grabación del concurso ¡Ahora caigo! Este programa está basado en el formato Still standing que se emite en Israel y Estados Unidos, y Antena 3 lo estrenará en España próximamente. Convencido de que los concursos gozan de buena salud en la televisión actual, Valls se muestra preocupado por la cantidad de horas que la televisión dedica a los programas del corazón.

¿Qué faceta prefiere: la de actor o la de presentador?

Al final acaba siendo lo mismo. El presentador también es un personaje, aunque más parecido a la persona real. Después de darle vueltas a la decisión de elegir este concurso, he asumido que mi perfil es el de hombre versátil. Se trata de que te apetezca el trabajo que vayas a hacer, que te motive y que te ilusione.

¿En qué consiste el concurso ¡Ahora caigo!'?

Es un programa de preguntas y respuestas donde un concursante se enfrenta a otros diez. El que no acierta y se le acaba el tiempo se cae por una trampilla, por lo que hay un elemento de tensión. El objetivo final es mantenerse en pie. El último ganará un premio de 200.000 euros.

¿No le dará pena ver cómo se caen los concursantes?

No, ninguna [risas]. Va a ser muy divertido. Además, hay que tener en cuenta que estoy haciendo una labor solidaria, voy a repartir dinero y risas. Es un pequeño grano de arena para luchar contra la crisis.

¿Qué va a pesar más: la inteligencia o la suerte?

Es una mezcla, aunque pesará más la inteligencia e influirá la intuición. Los concursantes tendrán que controlar sus nervios, porque tendrán un abismo a sus pies y en cualquier momento se pueden caer.

Además de en la trampilla, ¿en qué se diferencia este formato de los demás que se emiten actualmente?

Se trata de un programa clásico de preguntas y respuestas, con el aliciente de las trampillas, que implica emoción y tensión. Además tiene mucho ritmo y es muy ágil. Es un concurso para juntar a la familia en un momento en el que la televisión está muy fragmentada.

¿Qué tienen los concursos para lograr sobrevivir tanto tiempo en la parrilla?

De hecho los concursos están resurgiendo. Es que son para todos los públicos, juntan a la familia en casa y los espectadores interactúan. El juego forma parte del ocio universal. Cuántas fiestas y reuniones familiares acaban sacando un juego.

¿Estamos ante una nueva edad de oro del concurso?

Creo que sí. Se está buscando darles una vuelta de tuerca para hacerlos más atractivos.

¿Le gusta la televisión que se hace ahora mismo en España?

A mí me preocupa socialmente que se ocupen tantas horas de televisión en el corazón y, además, ese tipo de corazón. Creo que es un género que tiene que existir, que ha existido siempre y yo soy el primero que se puede asomar a la crónica social porque todo el mundo tiene una maruja dentro. Pero tiene que haber otra oferta. Con ¡Ahora caigo! regreso a Antena 3 y me gusta la apuesta que está haciendo esta cadena por hacer una televisión de más entretenimiento, sin tanta carnaza como hacen otras. Me gusta pensar que otra televisión existe y que se puede hacer. Hay otra vida más allá de Belén Esteban.