Este artículo se publicó hace 16 años.
Médico afectado dice que está tranquilo y contento pero nadie le ha pedido perdón
El doctor Miguel Angel López Varas, uno de los médicos afectados por el caso del hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid),dijo hoy que está contento y tranquilo, pero que todavía nadie le ha pedido perdón ni cree que nadie vaya a hacerlo.
Con el auto de la Audiencia Provincial de Madrid, que ha ratificado el sobreseimiento y archivo del caso de las presuntas sedaciones irregulares en el hospital Severo Ochoa de Leganés y ordena además que se suprima toda referencia a la posible mala práctica de los médicos denunciados, el doctor López Varas dijo que terminan tres años de insultos por algo que no había hecho.
En conversación telefónica con Efe, el doctor López Varas señaló que a partir de ahora podrán encarrilarse las acciones legales que habían emprendido y que no avanzaban porque todavía el caso estaba investigándose.
Además, sus abogados estudiarán qué medidas pueden adoptar contra la Consejería de Sanidad de Madrid y su entonces titular, Manuel Lamela.
Miguel Angel López Varas formaba parte del equipo de Urgencias del hospital Severo Ochoa que dirigía el doctor Carlos Montes y uno de los afectados por el caso de las presuntas sedaciones irregulares, pero ahora trabaja en el Centro de Especialidades, Tratamiento y Diagnóstico de Illescas (Toledo).
Explicó que la situación en el Severo Ochoa a raíz de la denuncia se hizo insoportable, por lo que él y otros tres compañeros se presentaron a la oferta de empleo y sacaron las plazas convocadas en Castilla-La Mancha, que es donde ahora desarrollan su trabajo.
Al principio, comentó, recibieron las críticas del PP, pero luego éstas se acabaron y la acogida en la provincia de Toledo fue "fenomenal".
Este especialista en Medicina Interna, que trabaja en el área de Urgencias del citado centro, lamentó que en este caso no se respetara la presunción de inocencia, sino que sufrieron insultos y represión durante todo ese tiempo.
Los meses que continuó trabajando en el Severo Ochoa, y al saltar el caso a la luz, había enfermos que iban allí con miedo, pero ahora, dijo, son los médicos los que tienen miedo a "poner nada" a los pacientes que están agonizando, pese a que la agonía se caracteriza por un sufrimiento intenso y la muerte va a ser inminente.
Criticó que se criminalizara a los médicos que intentaban paliar ese sufrimiento, en lugar de a quienes no lo hacen.
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