Este artículo se publicó hace 13 años.
Médicos usan en exceso terapias del cáncer de tiroides: estudio
Por Genevra Pittman
Demasiados pacientes estánrecibiendo un tratamiento para el cáncer de tiroides quedestruye el tejido glandular pero también puede dañar otros.
La investigación, publicada en la revista Cancer, revelaque los médicos están tratando a pacientes con tumoresprecoces, de bajo riesgo, con yodo radioactivo y que no aumentala supervivencia, pero sí el riesgo de desarrollar un cáncersecundario.
"Nuestro estudio demuestra que los pacientes de bajo riesgono necesitan" el yodo radioactivo, dijo el doctor Ian Ganly,coautor del Centro del Cáncer Memorial Sloan-Kettering en NuevaYork. "Por lo tanto, no hay necesidad de exponerlos a losriesgos de ese tratamiento", añadió.
Las guías de la Asociación Estadounidense de Tiroidessostienen que el yodo radioactivo, en píldoras o líquido, debeusarse selectivamente y en pacientes con tumores de tiroides deriesgo medio o alto. En ellos, explicó Ganly, el tratamientoevita la reaparición del cáncer después de la cirugía.
Pero no hay pruebas de que el yodo radioactivo ayude a lospacientes con tumores pequeños de bajo riesgo, que sediagnostican cada vez más en Estados Unidos.
La Sociedad Estadounidense del Cáncer asegura que lacirugía para extirpar una parte o toda la tiroides essuficiente para curarlos.
Para saber por qué los médicos les indican yodo radioactivoa esos pacientes y conocer sus efectos, los autores revisaronuna base de datos nacional con unos 37.000 casos de cáncer detiroides diagnosticados entre 1973 y el 2007.
Alrededor de 15.000 pacientes habían utilizado yodoradioactivo y más de 3.000 desarrollaron cánceres secundariosen 11 años de seguimiento.
El tratamiento se volvió más común en los pacientes contumores de bajo riesgo durante el estudio. Antes, se utilizabayodo radioactivo para tratar el 3 por ciento de los tumorespequeños, comparado con el 38 por ciento en los últimos años.
Los autores estimaron que el tratamiento había causado 14cánceres adicionales por cada 10.000 pacientes por año al finaldel estudio. Los más comunes fueron los de las glándulassalivares, donde se acumula el yodo radioactivo, y la leucemia,porque la sustancia circula en la sangre, lo que expondría a lamédula ósea a sus efectos demoledores en los tejidos.
Dado que el tratamiento no demostró beneficiar a lospacientes con cáncer de tiroides de bajo grado, Ganly opinó quetodo riesgo adicional, aun el más pequeño, no vale la pena.
El experto agregó que los médicos deben conocer las guíasque limitan el uso del yodo radioactivo a los pacientes en losque los beneficios superan claramente los riesgos.
FUENTE: Cancer, online 22 de marzo del 2011
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