Este artículo se publicó hace 14 años.
Médicos sin Fronteras acusa a los combatientes de total falta de respeto a los civiles
La organización Médicos sin Fronteras (MSF) acusó hoy a todos los grupos que combaten en Somalia de una total falta de respeto a los civiles, en un comunicado difundido tras varios días de bombardeos y combates en la ciudad.
La organización señala que sus integrantes han atendido a 89 heridos -de los que 66 eran mujeres y niños- por arma de fuego entre el 29 de enero y el 2 de febrero pasados.
Esto "no es un 'daño colateral', es una falta total de respeto por la seguridad de los civiles", según la coordinadora general de MSF, Axelle de la Motte Saint-Pierre.
"La situación en Mogadiscio es extremadamente compleja y todas las partes son responsables del alto número de muertos y heridos. Los bombardeos indiscriminados en zonas densamente pobladas son totalmente inaceptables", agregó De la Motte Saint-Pierre, según el escrito.
En 2009, casi la mitad de las 1.137 personas atendidas por heridas de arma de fuego en el hospital de Daynile, que MSF tiene en Mogadiscio, fueron mujeres y niños menores de 14 años.
En su escrito, MSF insta a los beligerantes, "el Gobierno Federal de Transición, las fuerzas de la Misión de la Unión Africana para Somalia (AMISOM) y los grupos de la oposición, a que tomen medidas para minimizar el riesgo de víctimas civiles mediante la plena aplicación de los principios de distinción y proporcionalidad".
El pasado 21 de enero, Amnistía Internacional (AI) pidió a EEUU que suspendiera el envío de armas al Gobierno de Somalia, por el riesgo de que acaben en manos de grupos radicales islámicos rebeldes, y a los países europeos que apliquen controles adecuados a sus programas de entrenamiento de las tropas somalíes.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) denunció el pasado martes en Ginebra que la violencia provocó en enero 258 civiles muertos y 253 heridos, con lo que fue el más sangriento desde agosto pasado.
La Cruz Roja informó por su parte, también el pasado martes en Ginebra, de que la violencia en Somalia ha alcanzado cotas extremas que sólo en enero han causado 80.000 nuevos desplazados, en una crisis a la que ha venido a sumarse la confirmación de otra sequía en el centro del país.
En total, se calcula que hay 1,4 millones de desplazados internos en Somalia y más de medio millón viven como refugiados en los países vecinos, sobre todo en Kenia, Yemen y Etiopía, mientras 3,7 millones que dependen de ayuda humanitaria para sobrevivir.
Milicias radicales islámicas, como Al Shabab, vinculada a Al Qaeda, luchan en Somalia derrocar al Gobierno Federal de Transición, que encabeza el integrista islámico relativamente moderado Sharif Sheij Ahmed, al que apoya la comunidad internacional e imponer un estricto régimen musulmán de corte "wahabí".
Somalia carece de un Gobierno efectivo desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre y se repartieron el poder señores de la guerra tribales, milicias integristas islámicas y, en algunas zonas, bandas de delincuentes armados.
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