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Médvedev, un régimen de vida casi espartano

EFE

El presidente electo de Rusia, Dmitri Medédev, es un adepto del lema de mente sana en cuerpo sano y tiene un régimen de vida casi espartano, que incluye diariamente seis horas diaria de sueño y otras 2,5 horas de práctica de deportes.

Según el periódico "Komsomólskaya Pravda", que publicó hoy un amplio panorama de sus hábitos y gustos, el hombre que el próximo 7 de mayo tomará posesión como jefe del Estado ruso nada dos horas diarias, una por la mañana y otra por la noche, sesiones que van precedidas de ejercicios de precalentamiento.

Medvédev, de 43 años, no es precisamente un hombre que se levante temprano: habitualmente se despierta a las 8 de las mañana, según el rotativo, que puntualiza que se acuesta tarde, a las 2 o más de la madrugada.

Antes de asumir responsabilidades de Estado practicaba yoga casi todos los días, y ahora se limita a efectuar ejercicios de elongación bajo la atenta mirada de un entrenador.

En los últimos años, Medvédev prefiere pasar sus vacaciones en el país.

Después de ser elegido presidente, el 2 de marzo pasado, se tomó unos días de descanso en el balneario de Sochi, que será sede de los Olímpicos de Invierno de 2014, y practicó esquí de montaña en las pistas de Krásnaya Poliana.

Medvédev sabe conducir, pero hace mucho que no lo hace, aunque disfruta manejando "quads" y motos de agua y de nieve.

En estos dos últimos vehículos puede andar a "más de cien kilómetros por hora", "experimentos que no son del agrado del servicio de seguridad de Medvédev", añade "Komsomólskaya Pravda".

Al futuro presidente ruso también le gusta disparar de vez en cuando y tiene en casa un simulador electrónico de tiro, como los que usan los deportistas en sus entrenamientos.

Medvédev es un convencido de que a los niños hay que tratarlos como a los adultos, de igual a igual, y por eso no castiga a su hijo, Iliá, de 12 años, amante de los ordenadores.

Al futuro presidente ruso y a su esposa, Svetlana, les gusta que les visiten los amigos de los tiempos de la escuela y la universidad e ir al teatro y al cine, aunque cada vez tienen menos tiempo para ello.

La mascota de la familia es Doroféi, un gato siberiano, de cuatro años, que Svetlana compró en un criadero cuando el felino tenía apenas dos meses.

Doroféi es el rey de la casa en el hogar de los Medvédev y sólo se alimenta de comida de la mejor calidad y de carne fresca.

Según "Komsomólskaya Pravda", en algún momento Medvédev quiso tener un perro, pero resultó que su familia es alérgica a los canes.

En cuanto a la preferencias culinarias, el presidente electo se inclina por el pescado, incluidas las difundidas preparaciones japonesas "sushi" y "sashimi".

Es aficionado al dulce, en particular a los helados y a los bombones, que procura evitar.

Alcohol, afirma el rotativo, casi no bebe, aunque puede permitirse una copa de vino blanco o tinto para acompañar la comida.

Le gusta el té verde, que bebe durante todo el día.

Medvédev, quien suele leer cinco o siete libros a la vez, no se considera un gran amante de la literatura contemporánea: sus autores favoritos son Iván Bunin y Antón Chéjov.

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