Este artículo se publicó hace 15 años.
La mejor definición de telenovela podría ser "dos amantes frente a su enemigo el guionista"
"Dos personas que se aman y un guionista dispuesto a separarlos hasta el último capítulo", esta podría ser la mejor definición de telenovela, un género televisivo que se ha convertido con el paso del tiempo en el "auténtico producto cultural de Latinoamérica".
Los orígenes y la evolución de esas grandes historias de amor desgarrado que consiguen sentar cada día a millones de personas delante de los televisores, se analizan y debaten desde hoy y hasta el día 31 en la Casa de América de Madrid.
"¿Por qué escuchan la radionovela?. Porque nos gusta llorar". Con rotundidad respondieron las señoras de un patio de vecinos de La Habana al escritor y guionista cubano Félix Becañé, padre del género que años más tarde se exportaría al resto de países del continente.
"El derecho de nacer", creada por Becañé en 1948, permanece en los recuerdos de infancia del periodista y escritor colombiano Daniel Samper, moderador de la mesa de debate en la que hoy se rindió homenaje al pionero de las telenovelas.
Junto a Samper, el cubano Reynaldo González, el venezolano afincado en España Boris Izaguirre, el peruano Santiago Roncagliolo y la argentina Norma Mazziotti, repasaron la trayectoria del género y señalaron la importancia de alguno de los títulos más emblemáticos.
De entre ellos, Mazziotti, experta en esta "literatura de ficción", como fue denominada, destacó el antes y el después que marcó la producción brasileña "El Clon" (2001), "que fue capaz de encontrar un obstáculo contemporáneo", al narrar la historia de amor entre un brasileño y una árabe musulmana".
Los obstáculos aparentemente "insalvables", la emoción desmedida, y los villanos, son las claves, a su juicio, de una buen guión de telenovela.
Todos esos ingredientes los manejaba a la perfección Becañé, una persona "con una capacidad increíble para mover la sensibilidad popular", según lo definió el escritor y crítico cubano Reynaldo González.
"Las historias de Félix lograron paralizar el país entero. Su personaje de 'Don Rafael', en 'El derecho de nacer', que quedó mudo durante varios capítulos, mantuvo en vilo a todo Cuba, esperando, expectantes, el momento en que volviera a hablar", recordó.
La importancia de la Isla como cuna del género de las telenovelas es para el venezolano Boris Izaguirre "absoluta".
"La telenovela se adelantó a la revolución de Castro, porque consiguió expandir una idea por todo el continente", explicó.
Izaguirre prepara estos días el lanzamiento de su nueva obra, "Y de repente fue ayer", que saldrá a la venta el próximo 2 de abril, en la que recoge éste y otros aspectos de los conocidos en España como "culebrones".
El venezolano, que reconoció que "escribir telenovelas me enseñó a escribir", aseguró que ese fenómeno televisivo se ha convertido en el "auténtico producto cultural de nuestro continente, que nos identifica, para lo bueno y para lo malo".
Y si de relacionar telenovela con literatura se trata, el escritor peruano Santiago Roncagliolo, autor de libretos de éxito como "Luz María", lo tiene claro: rotundamente "sí".
"Por supuesto que es un género literario, pero de ficción. Tiene técnicas muy sofisticadas y muestra un mundo moral muy peculiar", dijo.
Desde los tiempos de Félix Becañé el formato del género ha evolucionado mucho y el éxito de la emisión en sus lugares de origen ha llevado a las productoras a exportar los títulos a otros países, "da igual el idioma que se hable en ellos".
En ese sentido, Mazziotti señaló que las telenovelas "se han globalizado" y que lo que prima ahora es "vender el formato para luego hacer versiones locales".
En ruso, polaco, chino, árabe, da igual el idioma en el que se doblen, lo importante para el éxito total es que tenga un final feliz.
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