Este artículo se publicó hace 15 años.
Menos barreras, más prevención
La convertía en un elemento de injusticia y desigualdad
De nada sirve usar un tratamiento cuando el problema ya no tiene solución. Y eso es lo que estaba pasando en nuestro país con la píldora del día después (PDD): el empeño en obligar a disponer de una receta médica, además de hacerla menos eficaz, la convertía en un elemento de injusticia y desigualdad.
Injusticia porque muchas mujeres no tenían oportunidad de conseguirla o porque cuando lo hacían tarde y mal ya se habían expuesto a un embarazo no deseado. Y desigualdad porque unas tenían menos barreras las más enteradas, las que tenían la suerte de vivir en ciudades, y otras, la mayoría, tenían que peregrinar de un lado a otro.
La propuesta de aliviar esas barreras mediante su libre dispensación ha sido muy bien acogida por todos los sectores preocupados por reducir el número de abortos. Impecable si se tiene en cuenta que se enmarca en un conjunto de medidas Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva para mejorar la educación sexual y el acceso a anticonceptivos. Pero tanto sentido común desborda a algunos sectores que rechazan la propuesta ministerial alegando argumentos cuestionables.
Argumento 1: va a aumentar la promiscuidad, sobre todo en los jóvenes. En la edad de inicio y en el mantenimiento de relaciones sexuales influye poco el tener o no a mano medidas de prevención. Así que más nos vale preocuparnos por poner a su alcance esas medidas si realmente queremos evitar males mayores. Además, sólo hay que dar un vistazo a quienes promueven el uso del preservativo fundamental para evitar las ITS y quienes son los que se desgañitan diciendo que no sirven para nada.
Argumento 2: con esta medida aumentan los abortos. Si no fuera tan serio el tema sería para reírse. Decir que hay que reducir el número de abortos y no querer oír hablar ni de educación sexual, ni de preservativos, ni de anticonceptivos hormonales, ni de PDD, es creer en los milagros.
Argumento 3: cualquier niña puede abusar de la PDD, con riesgos para su salud. Un embarazo en chicas muy jóvenes es mucho más nocivo para la salud que cualquier método anticonceptivo. Confiemos en nuestros farmacéuticos, con capacidad para discernir cuando una jovencita, menor de 16 años, no tiene madurez suficiente y requiere un mayor consejo médico.
Estas iniciativas, rotundas y valientes, nos ayudan a seguir defendiendo que la gente tiene derecho a disfrutar de su sexualidad sin culpas, delitos y pecados.
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