Este artículo se publicó hace 13 años.
Merkel promete toda la ayuda a Grecia ante un Papandreu rendido
Los mercados confían ciegamente en la ampliación del fondo de rescate mientras Merkel lo rechazó ayer de plano otra vez. Los griegos deberán pagar mas por la declaración de la renta y tendrán menos deducciones
"Queremos tener una Grecia fuerte en la eurozona". Era el mensaje claro y conciso que lanzaba ayer por la noche la canciller alemana, antes de reunirse con el primer ministro griego, Yorgos Papandreu. El segundo encuentro de ambos mandatarios en menos de un mes. En esta ocasión, se trataba de una cena de trabajo nada casual. Más aún teniendo en cuenta que se celebra en plena semana decisiva para el futuro de Grecia y la moneda única, en la que muchos de los países que más pegas han puesto Finlandia, Austria, Eslovaquia y, sobre todo, Alemania, votarán en sus respectivos parlamentos la reforma y ampliación del fondo de rescate europeo.
"Desde Alemania haremos todo lo necesario", apuntaba Angela Merkel. "Confiamos en que Grecia está lista para cumplir sus objetivos", indicaba la canciller, que abogó por favorecer a partir de ahora la coordinación de la política financiera y económica de toda la eurozona. Por su parte, dada la tesitura en la que se encuentra, no es de extrañar que Papandreu no dudara en rogar a la locomotora que dé luz verde este jueves a las ayudas. "Nuestro país, nuestro pueblo, tiene un enorme deseo de cambiar", declaraba el jefe de Estado griego en la rueda de prensa conjunta. A su juicio, esta es sin duda "la tarea de la patria, pero que también fortalecerá al euro en conjunto". Utilizando el eslogan que otrora utilizara Barack Obama, "Yes, we can" ("Sí, podemos"), el mandatario heleno defendía unas horas antes que el hecho de sacar adelante el fondo de rescate supone "no una inversión en los errores del pasado, sino en los éxitos del futuro".
Papandreu insistió en despejar todo tipo de dudas sobre la aplicación de los drásticos planes de recorte aprobados "Puedo garantizar que Grecia cumplirá con todos los compromisos", señalaba ante la Confederación de la Industria alemana (BDI). Incluso aunque no haya ni un mínimo de consenso social y sus ciudadanos se manifiesten cada día. El "doloroso camino" que debe recorrer el pueblo griego, dijo.
"Queremos tener una Grecia fuerte en la eurozona", aseguró Merkel
De momento, ayer se aprobó en el Parlamento (rodeado por manifestantes en contra) la aplicación de la tasa sobre los inmuebles, que según la Conferedación de Trabajadores de la compañía eléctrica DEÍ (Genóp) supondrá, junto con la privatización de la empresa, un aumento en el precio de la luz de hasta un 60% en tres años. Al tiempo, los contribuyentes tendrán que pagar hasta 300 euros más este año en la declaración de la renta debido a que se rebaja el mínimo exento 8.000 a 5.000 euros (de forma retroactiva desde enero pasado). El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, explicó que también habrá recortes en deducciones, como en intereses hipotecarios y seguros de vida, medidas que aportarán unos 2.600 millones, informa Yiannis Mantas.
Mientras, en Alemania volvió a vivirse ayer una jornada de mensajes contradictorios. Por un lado, Merkel manifestó estar satisfecha con el buen camino que sigue Grecia, pero por otro, rechazó de plano la ampliación del segundo fondo rescate, como se está reclamando desde el interior de la Unión y como los mercados están cada vez más convencidos de que va a ocurrir. "La idea de que el crecimiento sólo tendrá lugar mediante nuevas deudas es falsa, errónea", manifestaba Merkel, quien también mantuvo su rechazo feroz a la alternativa de los eurobonos y a la implementación de programas coyunturales y medidas adicionales como instrumento para hacer frente a la crisis de la deuda.
Con todo, la canciller se mostró confiada en que por la parte alemana habrá la mayoría necesaria para aprobar el fondo de rescate.
Los parlamentarios de la coalición cuentan con que obtendrán un máximo de 19 disidentes, en la votación de mañana. La jornada de ayer estuvo además regida por el debate interno en las filas de todos los partidos, que incluso celebraron ensayos de la votación. Apenas 11 votos en contra y dos abstenciones fue el resultado.
En el mismo tono positivo que ayer intentó impregnar Merkel a algunos de sus mensajes, Jean-Claude Juncker negó que país alguno vaya a dejar el euro, algo a lo que él está "absolutamente" en contra. Según el presidente del Eurogrupo, una salida voluntaria o una expulsión de la moneda única "no resolverá ningún problema", sino que los "aumentará" para todos.
Los griegos pagarán este año 300 euros más de media en su declaración
Juncker aseguró no sentirse "orgulloso" de la situación actual, pero justificó las decisiones tomadas por la eurozona, que no se merecen las críticas llegadas de EEUU. "También han sido lentos en Estados Unidos", aseguró la vicepresidenta económica, Elena Salgado, quien recordó que "en los últimos días de julio también Estados Unidos nos tenía con el alma en vilo sobre si se iba a aprobar el techo de endeudamiento". Juncker pidió no "dejarse impresionar" por las palabras de Obama, que aseguró que la división en la zona del euro está "asustando al mundo". "Los parados griegos o los trabajadores irlandeses no tienen la culpa de la quiebra de Lehman Brothers", recordó el presidente del Eurogrupo.
Según él, los negociadores europeos y del FMI volverán hoy o mañana a Atenas para cerrar las condiciones del rescate y decidir si se entrega el nuevo tramo de ayudas a Grecia (8.000 millones). Sin embargo, esas negociaciones todavía se dilatarán en el tiempo, ya que Juncker negó que los ministros de Economía del euro den carpetazo al envío de fondos en su próxima reunión, el próximo lunes.
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