Este artículo se publicó hace 14 años.
México presenta una queja a EEUU por la muerte de un niño
El Gobierno de México envió una queja formal a Washington por la muerte de un niño de 14 años, que falleció tras recibir los disparos de un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, dijo el miércoles la canciller mexicana Patricia Espinosa.
Sergio Hernández murió la noche del lunes a causa de al menos un tiro en la cabeza cuando era perseguido junto a algunos amigos por agentes estadounidenses en el cruce fronterizo entre Ciudad Juárez y El Paso.
Según testigos, Hernández se cruzó por un momento al lado estadounidense junto con los otros jóvenes y fueron perseguidos por un agente de la patrulla. Luego corrieron de nuevo al lado mexicano, donde Hernández fue alcanzado por la bala.
"Hemos hecho uso de todos los recursos que nos otorga la ley (...) el envío de notas diplomáticas de rechazo al Gobierno federal de Estados Unidos, la insistencia de que haya una investigación exhaustiva", dijo Espinosa en una rueda de prensa en Ciudad Victoria, en el norte del país.
El FBI (Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos) dijo que había iniciado una investigación sobre el caso y que se obligó al agente involucrado a suspender sus labores.
El FBI dijo que Hernández era parte de un grupo de inmigrantes indocumentados que intentaban entrar a territorio estadounidense, y cuando dos de ellos fueron arrestados, él y otros jóvenes atacaron a la patrulla fronteriza con piedras.
"En este caso se está señalando que hubo una agresión, no está comprobado todavía en las investigaciones, nosotros no lo estamos dando por un hecho, tenemos que conocer con certeza los hechos cómo ocurrieron", afirmó la canciller mexicana.
La muerte de Hernández incrementó las tensiones entre México y Estados Unidos sobre inmigración después de la aprobación en Arizona de una ley que exige que la policía estatal y local determinen el estatus migratorio de cualquier persona sospechosa de estar ilegalmente en territorio estadounidense.
El asesinato del menor ocurrió también días después de que el inmigrante mexicano Anastasio Hernández muriera a manos de efectivos de la Patrulla Fronteriza estadounidense, lo que desató quejas del presidente de México, Felipe Calderón.
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